JUNCO, hermosa, me entero de que pasaste por León. Es una ciudad a la que tengo mucho cariño; pasé allí un año de mi vida, en plena juventud. La verdad es que por entonces no lo pasé muy bien, por cuestiones de adaptación (en invierno hace un frío del carajo) pero dejé amigos, y buena memoria de mí. Después, he vuelto con asiduidad. Irías por el húmedo a tomar los vinitos; también la Catedral, San Isidoro (la capilla sixtina del románico, lo llaman) Ordoño, en fin, todo eso. Por la noche en el café Quijano, buen ambiente (un poco madurito, si cabe) con música y tal. De haber ido allí, hay un cartel con mi careto, del tenor: MÁS BIEN VIVO, DESASTROSO Y COMPULSIVO. De haberlo sabido, os hubiese servido de guía cibernético. Saludos para ambos e dos. PC