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MEMBRIO: Jóvenes recuerdos llegan a la mente cuando acabamos...

Jóvenes recuerdos llegan a la mente cuando acabamos de desembarcar en la penúltima edad, sin que por ello, nos haga desvanecer: “Navega velero mío… como decía Espronceda - que te queda mucho que contar”: Muchas veces nos echaban de la iglesia las piadosas mujeres que se disponían a vestir a la Virgen y cerraban con ahínco la puerta de entrada; hasta que una buena mañana, a mi buen amigo Paco Flores (él ya la está viendo en persona desde el año 1984), se nos ocurrió escondernos en aquel recoveco que había debajo de la escalera que a la derecha según se entra, que comunicaba al coro y al campanario (desaparecida en la reforma de 1978); pedimos ver la Virgen por “dentro”, sin suponer una bajada de nuestra fé; aunque por aquellas fechas no sabíamos absolutamente nada sobre la controversia iconoclasta que se trató en el Concilio II de Nicea en el año 787. Pero sí una fuerte fe despertada en aquellos grupos que se formaban en la iglesia los domingos después de Misa Mayor: Ramona, Ángel, Carlos, Hipolita, Sr. Bernal, Sra. Teresa (lo de señor y señora es porque no eran del pueblo, panaderos y procedente de Arroyo de la Luz), y nos daban catequesis, ¡como para no saber… Hasta el “Confteor Deo omnipotenti, et bobis, frates, quia peccavi cognitatione…”, que alguna de las veces nos lo hace recordar el actual párroco D. Martin Grados. SALUDOS