Pero entonces se podía jugar a "las cuatro
esquinas", sirviendo el pluviómetro de D. Pedro de "queda", otros a la "pelota" y a la vuelta por la parte izquierda (derecha de la
fotografía) hacia el
horno y la
fragua había un "
potro de herrar" a las caballerías, pues ¡menuda algarabía...! SALUDOS.