“CONVERSANDO CONTIGO…” 10. VII PARTE.
Bueno, ya han pasado las Navidades y habrá que ir pensando en “Las Candelas”. La verdad, que desde hace uso años – no con un cura ni con el otro, las fiestas en si las hace el propio pueblo- el “Día de Las Candelas”, ha adquirido en Membrío tal auge, que está a punto de ser en el día central del solsticio del invierno: Un gran día de fiesta.
-Claro… se hace el domingo, no como antes en el mismo día de la Festividad.
- Hombre… se nota en la concurrencia. Antes era una fiesta prácticamente integrada por mujeres, porque todos los hombres estaban empleados, Y cuando el día 2 caía en diario, había que pedir permiso a los – sobre todos los monaguillos para que te dejaran de asistir, aunque algunas veces asistían los escolares con los maestros.
Es que por entonces los domingos y festivos no se podía trabajar… te denunciaban, los más perjudicados siempre eran los albañiles: el tío Pedro González Olivenza, Martín Alfonso Romero, Regino Alfonso Sánchez, Antonino Alfonso Alfonso, etc.
¡Madre mía… cuantos Alfonso albañiles había! Parece una logia masónica.
La cuestión es que cada vez más se espera con alegría ese canto que sigue conmoviendo: “El Día de las Candelas, segundo de febrero….”, con la Procesión alrededor de la Plaza. Muy antiguamente salía la Virgen por una puerta y entraba por otra. Hubo en Membrío dos maestras, que por cierto las dos se llamaban Julia: Doña Julia Guijo y Doña Julia Rodillo, que hicieron mucho por nuestras tradicionales fiestas y sobre todo en los CANTOS.
- ¡Oye… esa Doña Julia Guijo era tía carnal de nuestra abuela! Procedía de Brozas.
-Eso hará por lo menos más de cien años…
-Poco más o menos.
De esta Fiesta, el momento más esperado es “la sueltas de palomas”, que últimamente se viene haciendo a la puerta de paloma, pero antes se hacía en el Ofertorio. El primer vuelo se dirigían al coro… del coro en vuelo directo se iban a lo alto del retablo, tal vez atraídas por las luces de la cruz encendidas… y vuelta a empezar; pero al regreso hacían escala en el púlpito. Y si había gorriones que se habían escapado por el campanario abajo, así como alguna que otra lechuza que había bajado a beber la aceite de la lámpara del sagrario… había entretenimiento más que suficiente. Ya CONVERSAREMOS más. SALUDOS.
Bueno, ya han pasado las Navidades y habrá que ir pensando en “Las Candelas”. La verdad, que desde hace uso años – no con un cura ni con el otro, las fiestas en si las hace el propio pueblo- el “Día de Las Candelas”, ha adquirido en Membrío tal auge, que está a punto de ser en el día central del solsticio del invierno: Un gran día de fiesta.
-Claro… se hace el domingo, no como antes en el mismo día de la Festividad.
- Hombre… se nota en la concurrencia. Antes era una fiesta prácticamente integrada por mujeres, porque todos los hombres estaban empleados, Y cuando el día 2 caía en diario, había que pedir permiso a los – sobre todos los monaguillos para que te dejaran de asistir, aunque algunas veces asistían los escolares con los maestros.
Es que por entonces los domingos y festivos no se podía trabajar… te denunciaban, los más perjudicados siempre eran los albañiles: el tío Pedro González Olivenza, Martín Alfonso Romero, Regino Alfonso Sánchez, Antonino Alfonso Alfonso, etc.
¡Madre mía… cuantos Alfonso albañiles había! Parece una logia masónica.
La cuestión es que cada vez más se espera con alegría ese canto que sigue conmoviendo: “El Día de las Candelas, segundo de febrero….”, con la Procesión alrededor de la Plaza. Muy antiguamente salía la Virgen por una puerta y entraba por otra. Hubo en Membrío dos maestras, que por cierto las dos se llamaban Julia: Doña Julia Guijo y Doña Julia Rodillo, que hicieron mucho por nuestras tradicionales fiestas y sobre todo en los CANTOS.
- ¡Oye… esa Doña Julia Guijo era tía carnal de nuestra abuela! Procedía de Brozas.
-Eso hará por lo menos más de cien años…
-Poco más o menos.
De esta Fiesta, el momento más esperado es “la sueltas de palomas”, que últimamente se viene haciendo a la puerta de paloma, pero antes se hacía en el Ofertorio. El primer vuelo se dirigían al coro… del coro en vuelo directo se iban a lo alto del retablo, tal vez atraídas por las luces de la cruz encendidas… y vuelta a empezar; pero al regreso hacían escala en el púlpito. Y si había gorriones que se habían escapado por el campanario abajo, así como alguna que otra lechuza que había bajado a beber la aceite de la lámpara del sagrario… había entretenimiento más que suficiente. Ya CONVERSAREMOS más. SALUDOS.
Ya pasaron las Navidades y en nuestro caso pensamos más en Semana Santa que en las Candelas, las Candelas serán para los que estén cerca del pueblo y no estén atados con negocios. Saludos.