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MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER-XI....

“VESTIGIOS DEL PASADO…” 08. VI PARTE:

Estos vértices o puntos geodésicos, si que constituyen parte de vestigios del pasado en nuestros campos. Si ahora nos pusiéramos hacer un barrido con el pensamiento por nuestra memoria, sobre todas “las atalayas” que conocemos en nuestra tierra, seguramente muchas se quedarían fuera al mentarlas y más… cuando muchas están derruidas y solo dan nombre al lugar como toponímico…. como la que tenemos en la fotografía y de la que “VIRGO” tiene especial apego aunque prácticamente esté olvidada. Pero si alguna vez un visionario quisiera reconstruir la “Vereda de los Contrabandistas”, no tenía más remedio que pasar por ella. Todos sabemos que servían y sirven en otra versión más moderna como la que está delante de la Casa Mortera” para hacer mapas; aunque tiene otra antigua en el divisionario cerro del mismo nombre: “Cerro de la Atalaya” cerca de la Charca de pared portentosa. Todas las atalayas tienen una panorámica maravillosa, donde podemos divisar muchísimo terreno a la redonda.. Pero si nosotros por una casualidad… por una casualidad decimos, queremos pasar a otro lado del río Salor lo más cercano a su desembocadura; veremos estas atalayas de piedra seca y bastante elevadas a lo largo del rio Tajo cuya misión era la de vigilancia.
En fin, hubo un tiempo que a esta atalaya se le miraba, levantando la cabeza mientras se movía la parva, se exclamaba: ¡hoy es buena tarde… sopla el aire por la atalaya! Mientras el labrador en la era de abajo junto al valle se afanaba de que su trigo o cebada se multiplicara. SALUDOS.

RELATOS AL ATARDECER-XI.
DESDE LA VIEJA ATALAYA. De esta atalaya antigua y derrumbada tenemos muchos recuerdo y si hablara cuantas cosas tendría que decirnos. Desde este cerro se ve el Torrico de San Pedro, la atalaya sito en el rincón de la linde de los Rehoyos y Parral, cortijo de Casillas, cortijo de Zamores, casa de Mortera, los dos cortijos del Parral, los chozos blancos, Campos de Brozas, Brozas, cortijo de los Hornos, cortijo de Sacristanía.....
Esta atalaya en las proximidades vio a los labradores trabajar en duro de sol a sol desde que sorteaban las suertes y tacos, (trozos de tierra) hasta que llegaba la trilla, se empezaba con la bina y le seguía descuajar las retamas, jaras, tomillos, matas... y cuando ya estaba la tierra limpia de maleza empezaba la sementera, siega, la saca y la trilla así sucesivamente.
Dependiendo de las labores a realizar según la época del año los labradores no tuvieron medios adecuados para protegerse ante la adversidad del tiempo, pasaron frío cuando hacía frío, se empaparon de agua cuando llovía y con las calores el sudor les caía a goteros por la frente. En esta "Tierra Santa" los labradores cumplieron bien con la voluntad del SEÑOR: TE GANARAS EL PAN CON EL SUDOR DE TU FRENTE.
En la bina y sementera al labrador le gustaba los surco derechos como si fueran trazados con una regla.
En la sementera pasito y un puñado de grano lanzado sobre la tierra con la buena intención para que se multiplicaran en cantidad.
Al verdear los sembrados a los labradores les gustaba de vez en cuando visitarlos para ir viendo que tal se presentaba la cosecha. En las diferentes labores de la labranza con frecuencia eran visitado por el guarda de la hoja en sus recorridos, Joaquín con el perrito Paco.
En la siega gavillas, haces y hacinas bien hechas y en ocasiones unas retamas por encima de las hacinas para que las palomas no comieran granos de trigo de la espigas, en la siega se procuraba no caer espigas al suelo y que allí quedaran porque costaba mucho trabajo producirla, en ocasiones la mujer del labrador iba a la siega para respigar.
En la saca se le ponía unas estacas al carro para llevar los haces de trigo, cebada, avena y centeno a la era y se amontonaban los haces de una manera ordenada formando los jazcales.
Al terminar la saca la cosecha ya estaba en la era empezaba la trilla, para trillar con el trillo se hacia la parva esparciendo los haces, primero el trigo, cebada, avena y centeno, por el orden según su valía. Para trillar con el trillo la parva había que dar muchas vueltas sobre ella, con el liendro o la horca se le daba la vuelta para que no fueran quedando los vagos o zánganos sobre el suelo. Cuando la parva estaba trillada se amontonaba y cuando hacia viento adecuado con el liendro en mano se lanzaba a lo alto para que el viento separara la paja del grano, el grano iba cayendo en vertical cerca de los los zapatos del labrador formando un montón alargado y la paja como pesaba poco se la llevaba algo lejos formando otro montón, grano a un lado y paja en otro, estando separado el grano de la paja se cribaba el grano para que quedara bien limpio y a continuación se presentaba el guarda de la finca y con la cuartilla se llenaba los costales y tanto para el labrado y tanto para el señorito dueño de la finca.
Junto a la era estaba la hornilla para hacer café, migas, cocer los garbanzos......
Cuando el grano se había llevado a la comarcal o trojes se empezaba a llevar la paja a los pajeros y la que sobraba se llevaba al huerto para que se la comieran las caballerías y la que iba quedando porque ya no la querían se hacía un estercolero siendo su destino echarlo sobre la tierra para que le diera calor y así producir más.
Los labradores si hacía falta aceleraban en la era para tener todo terminado para descansar y celebrar con tranquilidad la fiesta de la patrona del pueblo, Nuestra Señora Virgen de Gracia.
¡Jesús, Jesús,....................... ..... GANARAS EL PAN CON EL SUDOR DE TU FRENTE!.