MEMBRIO: No nos despedimos tranquilo, hay que procurar ser lo...

“LA VIDA NO ES COMO FUE... SINO COMO LA RECORDAMOS”. 001. V Parte.

Acabamos de “inaugurar” la V Parte; esperemos que lo podamos hacer hasta la X Parte por lo menos y lo abramos con nuestro médico de toda la vida, D. ANTONIO Fernández Ragel, que vino desde Madrid siendo muy joven allá por los años 20 … del siglo pasado por supuesto y quiso quedarse siempre con nosotros desde 1984 que falleció. Tenía una enfermería muy completa para aquellos tiempos que corrían llamaba poderosamente la atención aquella mesa articulada para los pacientes, incluso llegó a operar en ella alguna otra apendicitis (cólico miserere) y hernia inguinal. Todos los muchachos de entonces lo recordamos por aquella “yemas de huevo con vino quina” para despertar el apetito, ¿y una vez despertado el apetito qué…? ¿Pan con tocino fresco como si fuera jamón…? ¿Sopa de patatas que guapeaban…? Complementaba la dieta por aquel archifamoso “Calcio 20”, ¿para ayudar a los huesos que crecieran y fortalecieran…? Nuestras pobres madres no se daban cuenta que si más largos eran los huesos más había que comer y de comer haciendo honor a la verdad, había más bien poco. Así que ahora hablamos y hablamos y nos quejamos tanto. Somos de los que piensan que “cualquier tiempo pasado fue peor” no mejor como se suele decir.

Pero no hemos empezado hacer la COLABORACIÓN para hablar del médico, sino de su perro “Pinto”, perro de orejas largas y vista baja que le acompañaba hacer la consultas médicas por el pueblo; un pueblo muy diferente (gracias a Dios) al de hoy. Un perro muy respetado por la chiquearía y que no se hacía con él como a los demás perros: coger sin más una piedra del suelo o gorrón desprendido del suelo y tirarle por el mero hecho de ser perro, ¡quién lo diría hoy… que los perros son más respetado incluso que las personas! Tenemos entendido que algunos se “pean” en la cara del visitante en presencia del dueño, que incluso el visitante dice. “ que perro o perra más bonito o bonita y que peo más gracioso, viene de menos a más como si fuera una trompeta”, ¿en otros tiempos lo quería yo ver…! El perro “Pinto” lo que hacía era, como la lumbre de la cocina estaban en el suelo… ladeaba los pucheros, caían garbanzos y presas… y “Pinto” iba a las presas. No estaban mal encaminado aquellos versos de antaño: “Soy tan pequeñita y no alcanzo a la mesa / ladeo las patatas y me como las presas”. Esto de la “pequeñita” estaba muy inculcado en las sociedades de entonces; es tan así, que mi abuela materna”, en el versó que echó con motivo de su Primera Comunión fue de la manera que sigue: “ Como soy tan pequeñita y tengo tan poquita voz / ¡Viva la Madre de Dios! La verdad que no se rompió mucho la cabeza… quizás es que no había gente muy grande, Es ahí el empeño por el “Calcio20” y la “yema de huevo con quina” de D. Antonio. Al perro “Pinto” que le zurzan… que más de una vez nos quedó sin probar el chorizo de mezcla, alguna que otro trozo de cebollera y cominera. SALUDOS.

No nos despedimos tranquilo, hay que procurar ser lo más justo posible, al repasar vemos que es incompleto el verso de la abuela, porque realmente dijo: "Como soy tan pequeñita y tengo tan poquita voz / No me harto de decir ¡Viva la Madre de Dios! A cada uno lo suyo, que es lo que no hacemos. SALUDOS.


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