“AYER POR TODO EL DÍA… OCURRIÓ”. 32. IV Parte.
Ahora a pensar en el “El Día de la Cruz”… de fiesta en fiesta, no hay tiempo para pensar en el trabajo, estamos muy ocupado. Si es verdad que “Ayer por todo el día…” los muchachos de las escuelas tenían la tradicional –todo se pierde o todo cambia- cita después de la salida de las mismas, en recoger “corales” principalmente de huerto en huerto con botes de lata en la mano para después echarlos en el suelo por donde pasaba la “Procesión de la Cruz”, que así era conocida. Y es que el 3 de mayo, tocaba cuando tocaba, era el día de referencia de “la pela”; cuando se oía balar a las ovejas magistralmente atadas por sus patas (también había gente que contaba las cabezas con una habilidad asombrosa, contaba las patas, luego las dividía entre 4 y sabía las cabezas que había, aritmética pura que dicen ahora los políticos). Entre golpe y golpe de tijeras se oían las acostumbradas canciones: “Cuando Jesucristo vino, vino...”. El vino blanco no faltaba, como la llamada de: ¡Moreno…! y “el moreno” iba sin rechistar y dejaba caer con los dedos índice y pulgar en el pequeño corte de la piel de la oveja que le había proporcionado el esquilador con las prisas porque siempre era a “destajo”. “El moreno” era siempre una figura indiscutible y necesaria en cualquier “pela “que se preciara. Antes se había preocupado de ir a buscarlo en las fraguas del “tío Román”, “el tío Martin Chocolate” su hermano “el tío Adrián Chocolate” “el tío Peco” “el tío Tomás Alfonso” o el “tío Frasco Vivas”. Estas estampas ya no se repetirán; pero “Ocurrió… ayer por todo el día”. SALUDOS
Ahora a pensar en el “El Día de la Cruz”… de fiesta en fiesta, no hay tiempo para pensar en el trabajo, estamos muy ocupado. Si es verdad que “Ayer por todo el día…” los muchachos de las escuelas tenían la tradicional –todo se pierde o todo cambia- cita después de la salida de las mismas, en recoger “corales” principalmente de huerto en huerto con botes de lata en la mano para después echarlos en el suelo por donde pasaba la “Procesión de la Cruz”, que así era conocida. Y es que el 3 de mayo, tocaba cuando tocaba, era el día de referencia de “la pela”; cuando se oía balar a las ovejas magistralmente atadas por sus patas (también había gente que contaba las cabezas con una habilidad asombrosa, contaba las patas, luego las dividía entre 4 y sabía las cabezas que había, aritmética pura que dicen ahora los políticos). Entre golpe y golpe de tijeras se oían las acostumbradas canciones: “Cuando Jesucristo vino, vino...”. El vino blanco no faltaba, como la llamada de: ¡Moreno…! y “el moreno” iba sin rechistar y dejaba caer con los dedos índice y pulgar en el pequeño corte de la piel de la oveja que le había proporcionado el esquilador con las prisas porque siempre era a “destajo”. “El moreno” era siempre una figura indiscutible y necesaria en cualquier “pela “que se preciara. Antes se había preocupado de ir a buscarlo en las fraguas del “tío Román”, “el tío Martin Chocolate” su hermano “el tío Adrián Chocolate” “el tío Peco” “el tío Tomás Alfonso” o el “tío Frasco Vivas”. Estas estampas ya no se repetirán; pero “Ocurrió… ayer por todo el día”. SALUDOS
