EL OJO IZQUIERDO.
D. Pedro el maestro nos enseñó con toda la buena intención del mundo, pues era lo que se estilaba por entonces: cuántos litros tenía una cántara, kilos una arroba, una fanega de grano (que no era lo mismo que si era de cebada o de trigo), el rédito que ponía producir hipotéticamente, porque dinero había poco o escaseaba. Sabíamos hacer una CARRETA con una lata de sardina (se carecía de conservas variadas) y hacer un par de VACAS de corcho. Sabíamos muchas cosas… todo encaminado que algún día viviéramos del campo y no fue así, gracias a Dios… no es que fuera una deshonra (uno de nuestros abuelos fue labrador y a mucha honra); sino porque ni se sacaba para cebada para darle al burro. El abuelo siempre tuvo dos.
Ahora, en las postrimerías de nuestra vida laboral, nos damos cuenta que no tenemos CULTURA FINANCIERA, con los problemas del TANTO POR CIENTO que habremos hecho. Nos encontramos en la tesitura que tanto por ciento queremos recatar del Plan de Pensiones. Y es que nuestros padres ni lo tenían… ni existían. Y es que ha venido el tío Paco (así se llamaba el perro del abuelo) con la rebaja. Don Pedro, maestro: con cariño, va por usted. SALUDOS.
D. Pedro el maestro nos enseñó con toda la buena intención del mundo, pues era lo que se estilaba por entonces: cuántos litros tenía una cántara, kilos una arroba, una fanega de grano (que no era lo mismo que si era de cebada o de trigo), el rédito que ponía producir hipotéticamente, porque dinero había poco o escaseaba. Sabíamos hacer una CARRETA con una lata de sardina (se carecía de conservas variadas) y hacer un par de VACAS de corcho. Sabíamos muchas cosas… todo encaminado que algún día viviéramos del campo y no fue así, gracias a Dios… no es que fuera una deshonra (uno de nuestros abuelos fue labrador y a mucha honra); sino porque ni se sacaba para cebada para darle al burro. El abuelo siempre tuvo dos.
Ahora, en las postrimerías de nuestra vida laboral, nos damos cuenta que no tenemos CULTURA FINANCIERA, con los problemas del TANTO POR CIENTO que habremos hecho. Nos encontramos en la tesitura que tanto por ciento queremos recatar del Plan de Pensiones. Y es que nuestros padres ni lo tenían… ni existían. Y es que ha venido el tío Paco (así se llamaba el perro del abuelo) con la rebaja. Don Pedro, maestro: con cariño, va por usted. SALUDOS.
