El otro día hablamos del satélite “sputniks” y de la entrevista que hizo Luis Carandell a D. Paco Tejero (de pura cepa membrillero) estando de médico en las Hurdes; pero hoy hemos echado a nuestro libro, que está con nosotros (nos gusta poner en la primera pág. la fecha que adquirimos, nos regala, etc. la fecha, ¡alguna manía teníamos que tener!) desde Abril de 1994; aunque esté editado en 1972, que se titula:”La Raya de Portugal. La frontera del subdesarrollo, escrito por Antonio Pintado y Eduardo Barrenechea, que dicen:
“Un médico que lleva muchos años ejerciendo (esto no es copiar y pegar… hay que darle a los deditos, cada vez más anquilosados) en la región de Las Hurdes me dijo una frase que se me quedó grabada y con la cual quisiera comenzar este relato de mi viaje por “la frontera del subdesarrollo”. Me contaba que una noche, hace ahora trece o catorce años, un vecino de la alquería llamada de Ovejuela (hemos estado allí hace también tiempo… por prisa o porque estaba lejos, no vimos su famoso salto de agua “El Chorrito de Ovejuela” … habrá que acercarse otra vez) dependiente de Pinofranqueado, donde residía el médico, fue a avisarle para que fuera atender a una mujer que habría sufrido un aborto y tenía una fuerte hemorragia. Ordenó el doctor que aparejaran su caballeria y, a la luz de un farol de petróleo, se aventuró por el sendero del monte que conducia al poblado. Hacía frecuentemete parecidas excursiones nocturnas para visitar a sus enfermos de las alqerías, pero recordaba particularmente aquel viaje a Ovejuela. "Era -me decía-la época enn que se veía pasar los SPUTNIKS, y, como la noche era clara, yo iba contemplando, mioentras avanzaba por el dendero a lomo de la mula, la LUCECITA sel satélite en su órbita alrededor de la tierra". Y resumía su situación de aquél momento y la situación de toda la región de Las Hurdes, añadiendo con ironía: "El había ya pasado tres veces sobre mi cabeza y yo no había llegado a Ovejuela...".
Jamás se hubiese imaginado D. PACO, que aquí y ahora estuviéramos hablando (a nosotros también no lo había contado por separado) aquí de su "SPUTNIKS"... ni nosotros tampoco. Gracias a "TRINCHERA", que de una manera u otra, nos ha estimulado a hacerlo, pero que tampoco se hubiera imaginado... el "tostón" que le hemos pegado (Risas). SALUDOS.
“Un médico que lleva muchos años ejerciendo (esto no es copiar y pegar… hay que darle a los deditos, cada vez más anquilosados) en la región de Las Hurdes me dijo una frase que se me quedó grabada y con la cual quisiera comenzar este relato de mi viaje por “la frontera del subdesarrollo”. Me contaba que una noche, hace ahora trece o catorce años, un vecino de la alquería llamada de Ovejuela (hemos estado allí hace también tiempo… por prisa o porque estaba lejos, no vimos su famoso salto de agua “El Chorrito de Ovejuela” … habrá que acercarse otra vez) dependiente de Pinofranqueado, donde residía el médico, fue a avisarle para que fuera atender a una mujer que habría sufrido un aborto y tenía una fuerte hemorragia. Ordenó el doctor que aparejaran su caballeria y, a la luz de un farol de petróleo, se aventuró por el sendero del monte que conducia al poblado. Hacía frecuentemete parecidas excursiones nocturnas para visitar a sus enfermos de las alqerías, pero recordaba particularmente aquel viaje a Ovejuela. "Era -me decía-la época enn que se veía pasar los SPUTNIKS, y, como la noche era clara, yo iba contemplando, mioentras avanzaba por el dendero a lomo de la mula, la LUCECITA sel satélite en su órbita alrededor de la tierra". Y resumía su situación de aquél momento y la situación de toda la región de Las Hurdes, añadiendo con ironía: "El había ya pasado tres veces sobre mi cabeza y yo no había llegado a Ovejuela...".
Jamás se hubiese imaginado D. PACO, que aquí y ahora estuviéramos hablando (a nosotros también no lo había contado por separado) aquí de su "SPUTNIKS"... ni nosotros tampoco. Gracias a "TRINCHERA", que de una manera u otra, nos ha estimulado a hacerlo, pero que tampoco se hubiera imaginado... el "tostón" que le hemos pegado (Risas). SALUDOS.
