Esto de haber dicho que hay un libro de Membrío por medio… ha sido UN REGUERO DE PÓLVORA. Si ayer sacamos a relucir una carta, no seríamos justo la de no sacar la de JUSTA-INOCENCIA SANTANO MÉNDEZ, que suponemos que haya fallecido… ojalá que no, desde VILADECANS (Barcelona), fechada el 10 de Febrero de 1994. Seguro que a sus familiares lo agradecerán. Si ellos un día se molestaron por nosotros… hoy nos molestarnos nosotros por ello como justa recompensa: Ni ponemos ni quitamos “comas”.
Distinguido Jorge:
Tal vez te extrañe recibir esta carta, no tanto por su contenido, -que es sincero- cuanto por el personaje que la escribe.
Soy una mujer de 90 años nació en ese maravilloso pueblo y que, saliendo de él con 26 años, si no lo visité con mayor asiduidad, fue debido a los avatares de la vida, pero que sin duda alguna, siempre ha estado y está latente en mi corazón.
Yo te conozco a ti por referencias familiares, como puede ser ti tío “Zorrita” o tu suegra Fernanda, a la que admiro por su entereza de ánimo.
Recuerdo muy cariñosamente a tu abuela Magdalena y a tu abuelo Manuel a quien, por su calidad de Sacristán, nos encantaba, tanto a ms amigas como a mí, entonces unas mocitas, oírle cantar en la iglesia los salmos litúrgicos, cosa que hacía como los”Ángeles” y nosotras, entusiasmadas, estábamos, tal vez, más atentas a los cánticos que al sentido de la Fe del momento. Eran tiempos maravillosos.
Dicho todo esto, paso a narrarte el verdadero espíritu de esta carta cual es el siguiente.
Tengo en mis manos tu libro, MEMBRÍO: ¿quién eres? Y después de haberlo leído con avidez, vienen a mi memoria los dulces recuerdos de la infancia a través de los relatos que tan maravillosamente haces de las fuentes, veredas, caminos y paisaje de ese entrañable suelo que me vió nacer y al que nunca podré olvidar un solo momento. Por tanto, desde mi humilde y sincero parecer, te agradezco profundamente, la tarea de de haber escrito este libro que quedará como reliquia indeleble en la mente de todos los que amamos de verdad el lugar.
Sigue escribiendo, trata de superarte cada día más; erígete en torreón y desecha la mediocridad de convertirte y quedar en simple monolito. Siempre se dijo que”el mundo es de los audaces”, y tu pluma demuestra que es un arma capaz de alcanzar lo sublime y lo inmortal, si es que como tales adjetivaciones no pudieran considerarse es narrativa tan hábil que empleas al glosar el sentir de un pueblo, de una raza, y la descripción de un paisaje que, por sus valores intrínsecos, arrancan de generaciones pretéritas, deberán quedar perennes en el futuro.
No quiero cansarte más, perdona la extensión de esta carta y como colofón un último deseo. Dios te guarde y muchas gracias. Un abrazo, Inocencia Santano Méndez.
¡Y qué podemos decir tía Justa, que gracias pero se ha “pasó” con nuestra persona! SALUDOS a esa familia de Viladecans (Barcelona)
Distinguido Jorge:
Tal vez te extrañe recibir esta carta, no tanto por su contenido, -que es sincero- cuanto por el personaje que la escribe.
Soy una mujer de 90 años nació en ese maravilloso pueblo y que, saliendo de él con 26 años, si no lo visité con mayor asiduidad, fue debido a los avatares de la vida, pero que sin duda alguna, siempre ha estado y está latente en mi corazón.
Yo te conozco a ti por referencias familiares, como puede ser ti tío “Zorrita” o tu suegra Fernanda, a la que admiro por su entereza de ánimo.
Recuerdo muy cariñosamente a tu abuela Magdalena y a tu abuelo Manuel a quien, por su calidad de Sacristán, nos encantaba, tanto a ms amigas como a mí, entonces unas mocitas, oírle cantar en la iglesia los salmos litúrgicos, cosa que hacía como los”Ángeles” y nosotras, entusiasmadas, estábamos, tal vez, más atentas a los cánticos que al sentido de la Fe del momento. Eran tiempos maravillosos.
Dicho todo esto, paso a narrarte el verdadero espíritu de esta carta cual es el siguiente.
Tengo en mis manos tu libro, MEMBRÍO: ¿quién eres? Y después de haberlo leído con avidez, vienen a mi memoria los dulces recuerdos de la infancia a través de los relatos que tan maravillosamente haces de las fuentes, veredas, caminos y paisaje de ese entrañable suelo que me vió nacer y al que nunca podré olvidar un solo momento. Por tanto, desde mi humilde y sincero parecer, te agradezco profundamente, la tarea de de haber escrito este libro que quedará como reliquia indeleble en la mente de todos los que amamos de verdad el lugar.
Sigue escribiendo, trata de superarte cada día más; erígete en torreón y desecha la mediocridad de convertirte y quedar en simple monolito. Siempre se dijo que”el mundo es de los audaces”, y tu pluma demuestra que es un arma capaz de alcanzar lo sublime y lo inmortal, si es que como tales adjetivaciones no pudieran considerarse es narrativa tan hábil que empleas al glosar el sentir de un pueblo, de una raza, y la descripción de un paisaje que, por sus valores intrínsecos, arrancan de generaciones pretéritas, deberán quedar perennes en el futuro.
No quiero cansarte más, perdona la extensión de esta carta y como colofón un último deseo. Dios te guarde y muchas gracias. Un abrazo, Inocencia Santano Méndez.
¡Y qué podemos decir tía Justa, que gracias pero se ha “pasó” con nuestra persona! SALUDOS a esa familia de Viladecans (Barcelona)
