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MEMBRIO: Hoy, preso de una gran tristeza- profunda y amarga-...

Hoy, preso de una gran tristeza- profunda y amarga- me llevo a escribir esta misiva. Va dirigida a él, aunque me consta que no me lee. Lo hago porque me impulsa su ausencia. Me dirijo a él, a través de la música de esa brisa que, por entre naranjos, mece suavemente la arboleda de nuestra ribera.

Querido Eugenio: hoy, día amargo y gélido del mes de enero del año dos mil trece, me dirijo a ti dando rienda suelta a la pena. Tú, no me leerás ¡Qué más yo quisiera! Pero, tengo que escribir; por ti, por mí, por todos los que te conocieran. Me da igual que sea un eco en el vacío. Hoy, te escribo aunque no me leas.
Voy a dirigirme a ti sin tópicos, con plena conciencia. No voy a decirte lo bueno que eras, ni que el Señor te tenga en su seno, ni me pararé junto a los santos con retahílas y monsergas, sólo mantendré indeleble- hasta que pueda- nuestros paisajes y pasajes de la tierra, nuestras luces y sombras, nuestras maneras. Me duele, sí, mucho me duele que no me leas- sabes que siempre fui, con mi torpe aliño indumentario, un calavera-. Pero, sé que alguna vez lo hiciste y ese es mi consuelo, como lo que me soportaste cuando eras…
No debería reprocharte nada, compañero. Mas, no sería yo si no te lo dijera, de sobras me conoces ¡No te perdono! Y no me vengas con evasivas traicioneras. No perdono que incumplas tu palabra. Me has engañado como a un chino, tú que Chino fueras. Me prometiste un vino, emplazándome al próximo agosto, al socaire de aquellos vidrios en nuestra última feria. <<Este, págalo tú, el próximo-me dijiste- irá de mi cuenta>> y, ahora coges y te vas, así, sin decir nada, por la falsa puerta. Esto no te lo perdono, sin tan siquiera aunque supiese que tienes pedidos dos vasos en esa que dicen la cantina eterna.
Hablé con Leo, con los demás cuando pueda. Hemos quedado en el bar de la plaza para bebernos tu vino y masticar nuestra pena. Tú, sé que esta vez no vendrás, eres un mal queda. No te preocupes, te seguiremos queriendo. He llorado un poco, solo un poco, no te digo mucho para que no te lo creas.
EUGENIO REONDO, tu recuerdo nos queda. PC
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Muy bonitas las palabras que le dedicas a EUGENIO; no eres raro, eres muy especial.

Un beso.