ROMANCE DE LA POBRE ADELA (Torralba)
NARRADOR: Respetable público, escuchad la historia de la pobre Adela, la triste niña que murió de amor traicionada por Dolores, su querida amiga del alma, y por Juan el pérfido novio de Adela, que la juró que la quería y que la llevaría al altar. Oíd con atención este romance y aprended el ejemplo de la pobre Adela, que perdonó en el lecho de muerte a Dolores y Juan, los auténticos culpables de su desgracia.
VOCES: Una chica muy guapa llamada Adela, por el amor de un hombre se ha puesto enferma; pues le quería y le adoraba, pero él era un tunante que la engañaba. El día de su santo la regaló un corte de vestido de gran valor y al día siguiente fue a pasear y ya no tenía gusto con ella hablar. Ya no te quiero a ti, que quiero a otra, que la han visto mis ojos que es más hermosa. La pobre Adela se cayó al suelo, su madre pobre anciana la llevo al lecho. Un día sus amigas fueron a verla, a ver como se hallaba la pobre Adela. Y ha preguntado, y ha preguntado que si han visto a su Juan por algún lado.
Y otra de sus amigas ha respondido: piensa ponerte buena yo te lo digo, porque tu Juan, porque tu Juan, con tu amiga Dolores se va a casar
ADELA: Madre cierra la puerta, vente a mi lado, que antes de morir, quiero darte un recado. Pues de mi muerte, ya siento un sudor frío sobre la frente
MADRE: Si ya vas mejorando, no digas eso
ADELA: Madre mía del alma, dame otro beso, que ruido suena madre
MADRE: Los rondadores, es sábado y cortejan a sus amores
ADELA: La voz de Juan escucho entre esos cantos
MADRE: Alguna igual te engaña porque son tantos
ADELA: No madre mía, y el pérfido juraba que me quería. No, no me quiere.
¡Qué triste se ve el mundo cuando se muere! Un perro aúlla, madre, junto a la puerta;
en cuanto aclare el día, ya estaré muerta. Vendrán todas las mozas menos Dolores
a poner en mis andas cintas y flores Si Juan también viniera a verme muerta
no le dejes que pase de aquella puerta, diles que les perdono, que a Juan olvido
y que culpa yo tengo si él me ha querido
NARRADOR: Al volver de la ronda los rondadores, murió la pobre niña soñando amores. Mientras moría, en las cumbres lejanas amanecía
VOCES: A las dos de la tarde pasó el entierro. Juan que estaba en la puerta se metió dentro: ¡Adela mía, Adela mía, nunca pensara yo que morirías!
Una niña se ha muerto de mal de amores la culpa la tuvieron Juan y Dolores. Y allá en lo alto se oyen dos tiros y una voz que decía Adela mía me voy contigo
El romance de la tal Adela. Saludos. PC
NARRADOR: Respetable público, escuchad la historia de la pobre Adela, la triste niña que murió de amor traicionada por Dolores, su querida amiga del alma, y por Juan el pérfido novio de Adela, que la juró que la quería y que la llevaría al altar. Oíd con atención este romance y aprended el ejemplo de la pobre Adela, que perdonó en el lecho de muerte a Dolores y Juan, los auténticos culpables de su desgracia.
VOCES: Una chica muy guapa llamada Adela, por el amor de un hombre se ha puesto enferma; pues le quería y le adoraba, pero él era un tunante que la engañaba. El día de su santo la regaló un corte de vestido de gran valor y al día siguiente fue a pasear y ya no tenía gusto con ella hablar. Ya no te quiero a ti, que quiero a otra, que la han visto mis ojos que es más hermosa. La pobre Adela se cayó al suelo, su madre pobre anciana la llevo al lecho. Un día sus amigas fueron a verla, a ver como se hallaba la pobre Adela. Y ha preguntado, y ha preguntado que si han visto a su Juan por algún lado.
Y otra de sus amigas ha respondido: piensa ponerte buena yo te lo digo, porque tu Juan, porque tu Juan, con tu amiga Dolores se va a casar
ADELA: Madre cierra la puerta, vente a mi lado, que antes de morir, quiero darte un recado. Pues de mi muerte, ya siento un sudor frío sobre la frente
MADRE: Si ya vas mejorando, no digas eso
ADELA: Madre mía del alma, dame otro beso, que ruido suena madre
MADRE: Los rondadores, es sábado y cortejan a sus amores
ADELA: La voz de Juan escucho entre esos cantos
MADRE: Alguna igual te engaña porque son tantos
ADELA: No madre mía, y el pérfido juraba que me quería. No, no me quiere.
¡Qué triste se ve el mundo cuando se muere! Un perro aúlla, madre, junto a la puerta;
en cuanto aclare el día, ya estaré muerta. Vendrán todas las mozas menos Dolores
a poner en mis andas cintas y flores Si Juan también viniera a verme muerta
no le dejes que pase de aquella puerta, diles que les perdono, que a Juan olvido
y que culpa yo tengo si él me ha querido
NARRADOR: Al volver de la ronda los rondadores, murió la pobre niña soñando amores. Mientras moría, en las cumbres lejanas amanecía
VOCES: A las dos de la tarde pasó el entierro. Juan que estaba en la puerta se metió dentro: ¡Adela mía, Adela mía, nunca pensara yo que morirías!
Una niña se ha muerto de mal de amores la culpa la tuvieron Juan y Dolores. Y allá en lo alto se oyen dos tiros y una voz que decía Adela mía me voy contigo
El romance de la tal Adela. Saludos. PC
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