He leído por el foro un recordatorio a la muerte de Mari Trini, cuyas canciones bailábamos en nuestro tiempo (eran de las lentas, pa’arrimarse un poquinino) D. E. P. También falleció hace días un tal Chano Lobato, cantaor de Cádiz. Para los amantes de la pureza del flamenco, aquellos que lo consideramos poco menos que un arte antropológico, ha supuesto una pérdida importantísima. Con él muere, no sólo el hombre sino una parte importantísima de la cultura ancestral del cante grande; ha sido, valga el símil, como arrancar una vieja encina. Hace poco leía a Antonio Burgos- en una recopilación de artículos que, dicho sea de paso, tienen poco desperdicio- Recogía las cosas de Chano. Entre ellas, unas pinceladas: cuando García Lorca, preguntó a Ignacio Ezpeleta ¿En qué trabajas? Y éste respondió con toda dignidad “Yo soy de Cádiz”. Cuando el mismo personaje, quitó mérito a la hazaña de Ramón Franco (que cruzó el Atlántico con un aeroplano) diciendo que "el mérito era el de su compadre Agustín el Melu, que llevó 617 gallinas desde Cádiz hasta la Isla y no se le perdió ni una por el camino". Seguramente, no sea este el medio, y pido disculpas por el atrevimiento, pero es mi pequeño homenaje a quien me hizo feliz con sus cosas y sus cantes. Saludos. PC