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MEMBRIO: Y es que las piedras, especialmente si son singulares,...

Y es que las piedras, especialmente si son singulares, son a menudo señales inequívocas de la existencia de un tesoro oculto. Es lo que ocurre en Navaconcejo, donde los cabreros que transitan por los montes de La Solana conocen muy bien una piedra redondeada con oquedades que simulan ojos y fosas nasales, por lo que se la conoce como el “Cancho de la Nariz”. Es vox populi que bajo esta piedra se esconde un tesoro, pero como afirma Flores del Manzano, “para descubrirlo sería preciso romper la enorme piedra, sita en una finca particular”.