La "Cencerrá"
Tradición centenaria en las calles de Tamames
Tamames es la antesala de La Sierra de Francia y su nombre viene de La Sierra que lleva su nombre y en cuya ladera norte esta asentada la localidad “pucherera”. Dos ríos lo custodian, el Huebra y Yeltes, Y forma parte de la comarca de La Huebra, que bajo el nombre de Valdobla o Valle de Obra, aparece en varios documentos medievales y, además de pastizales y encinares, es el lugar idóneo para la cría del toro de lidia.
Pero lo que nos ocupa la atención en el día de hoy es la tradición de “Los Cencerros” protagonizados por niños y niñas en edad escolar. La cencerrada comienza muy temprano, niños por un lado y niñas por el otro, ambos recorren las calles del lugar y se detienen haciendo sonar el cencerro a las puertas de las casas donde hay algún niño o niña que se puedan sumarse al grupo. Los dos grupos no dejaran de hacer sonar la campana hasta que salga el chaval y se sume al grupo. Luego van a otra calle y a otra casa hasta que de comienzo la misa. Al finalizar la eucaristía el párroco de la localidad dará fe del grupo ganador y este le dará una sonora cencerrada al grupo perdedor.
La tradición como tal data desde hace al menos un siglo. El entonces párroco local, (Don Juan Hernández Alonso), con motivo de la celebración de la Santa Infancia y para que todos los niños y niñas del pueblo acudieran a misa los tres días que duraba esta fiesta, tuvo una gran idea, Él, junto con los monaguillos, se dedicaban a ir por todas las calles del lugar tocando una esquila y, de este modo, llamaba a los niños y niñas para llevarlos a la iglesia. Desde entonces se sigue manteniendo viva esta tradición de “Los Cencerros”, año tras año, el último fin de semana de enero y coincidiendo con el domingo de la Santa Infancia. Y son los propios niños y niñas en edad escolar los encargados de mantenerla. Se levanta de madrugada y recorren las calles tocando estos instrumentos que llevan en la cintura o en la mano si no son grandes, Hace años un punto de referencia era la churrería de Loli, donde todos iban a tomar un
Tradición centenaria en las calles de Tamames
Tamames es la antesala de La Sierra de Francia y su nombre viene de La Sierra que lleva su nombre y en cuya ladera norte esta asentada la localidad “pucherera”. Dos ríos lo custodian, el Huebra y Yeltes, Y forma parte de la comarca de La Huebra, que bajo el nombre de Valdobla o Valle de Obra, aparece en varios documentos medievales y, además de pastizales y encinares, es el lugar idóneo para la cría del toro de lidia.
Pero lo que nos ocupa la atención en el día de hoy es la tradición de “Los Cencerros” protagonizados por niños y niñas en edad escolar. La cencerrada comienza muy temprano, niños por un lado y niñas por el otro, ambos recorren las calles del lugar y se detienen haciendo sonar el cencerro a las puertas de las casas donde hay algún niño o niña que se puedan sumarse al grupo. Los dos grupos no dejaran de hacer sonar la campana hasta que salga el chaval y se sume al grupo. Luego van a otra calle y a otra casa hasta que de comienzo la misa. Al finalizar la eucaristía el párroco de la localidad dará fe del grupo ganador y este le dará una sonora cencerrada al grupo perdedor.
La tradición como tal data desde hace al menos un siglo. El entonces párroco local, (Don Juan Hernández Alonso), con motivo de la celebración de la Santa Infancia y para que todos los niños y niñas del pueblo acudieran a misa los tres días que duraba esta fiesta, tuvo una gran idea, Él, junto con los monaguillos, se dedicaban a ir por todas las calles del lugar tocando una esquila y, de este modo, llamaba a los niños y niñas para llevarlos a la iglesia. Desde entonces se sigue manteniendo viva esta tradición de “Los Cencerros”, año tras año, el último fin de semana de enero y coincidiendo con el domingo de la Santa Infancia. Y son los propios niños y niñas en edad escolar los encargados de mantenerla. Se levanta de madrugada y recorren las calles tocando estos instrumentos que llevan en la cintura o en la mano si no son grandes, Hace años un punto de referencia era la churrería de Loli, donde todos iban a tomar un
Para rematar el tema dire que en un principio se celebraban durante toda la última semana de enero; hoy, los días de fiesta se han reducido a jueves, viernes y sábado.
Es una fiesta única en la provincia; los protagonistas son los niños, que se levantan de madrugada para despertar, con sus cencerros, a todos los demás. Siempre van niños por un lado y niñas por otro, recorriendo las calles del pueblo, y parando en cada casa donde haya algún otro niño, llamándolo
para que se una a la comitiva.
A las 9:30 de la mañana se dice una misa, durante la cual, niñas a un lado y niños al otro, esperan con impaciencia el momento en el que, tras finalizar la Eucaristía, el sacerdote cuenta el número de niños y de niñas, para saber
quiénes son los "ganadores".
Es una fiesta única en la provincia; los protagonistas son los niños, que se levantan de madrugada para despertar, con sus cencerros, a todos los demás. Siempre van niños por un lado y niñas por otro, recorriendo las calles del pueblo, y parando en cada casa donde haya algún otro niño, llamándolo
para que se una a la comitiva.
A las 9:30 de la mañana se dice una misa, durante la cual, niñas a un lado y niños al otro, esperan con impaciencia el momento en el que, tras finalizar la Eucaristía, el sacerdote cuenta el número de niños y de niñas, para saber
quiénes son los "ganadores".
J. Luis bernal tambien para ti, y saluda a tu señora de mi parteeeeeee