De vuelta a la escena, debuta en el cine en 1962 y pronto se convierte en uno de los rostros más destacados en el género de la comedia. Su peculiar físico, su menuda estatura, su tono de voz y sus ademanes lo convierten en el actor adecuado para interpretar numerosísimas comedias a lo largo de cuatro décadas. Durante ese tiempo, ha intervenido en más de cien títulos, bajo las órdenes de cineastas como Fernando Fernán Gómez, Pedro Lazaga, José Luis Sáenz de Heredia, Vicente Escrivá, José María Forqué y en 23 ocasiones, con Mariano Ozores.