Antonio es ganadero y pastor de cabras, un oficio para la gente que ama el campo, la libertad del cielo abierto, para los que poseen espíritu de sacrificio y la inteligencia y sensibilidad necesarias para tratar con uno de los animales más caprichosos y difíciles en ganadería, pero también uno de los más generosos en producción. Orgulloso y apasionado de su trabajo es un ejemplo de una tradición milenaria que no nos podemos permitir perder, pues ha modelado y hecho habitables nuestros paisajes rurales.
En su vida no ha hecho otra cosa más que andar con cabras y es una pasión la que tiene por ellas. Mira si le gustan, que hay rebaños de ganado que no conoce nada más que de vista y sabe de quienes son. Tiene un campanillo para cada cabra porque le encanta, y hay veces que por el sonido las conoce. A veces tiene parideras en las que nacen 400 o 500 chivos en seis u ocho días y los conoce todos. El campo abierto es su ambiente, incluso se explica mejor en él. Pasar los días en el campo, con el ganado, viéndolas, trabajando, es su vida, no puede vivir sin ellas.
Con la desaparición de la cabra ya podemos ver que hay zonas de la sierra que son intransitables, la cabra mantiene totalmente limpias las dehesas, abona el campo; el ganado en las sierra se come la zarza, la escoba, no la seca, la corta lo que es conveniente, pues la cabra en el careo come lo que a ella le viene bien, un tallito aquí, otro allí, y no “enseca” a la jara, pero la mantiene a raya, esto es fundamental.
Para la gente de pueblo parece que si eres cabrero o pastor, o te dedicas a este mundo ya no tienes prestigio socialnos comenta Antonio. El nunca ha tenido ningún problema en decir a lo que se dedica, es llevarlo como un orgullo, pero hay gente que se esconde, porque parece que está mal visto, como lo que decía uno, que el pastor es el tonto del pueblo. Parece que estamos en una sociedad que si no eres algo por ahí fuera no mereces el respeto. No se porque la gente huye de esto, cuando es un trabajo digno, bonito y te permite dedicarte a lo tuyo.
Siguiendo la charla con Antonio, nos comenta: Ser pastor no es ir con la “morrala”, con el bastón y con el perro, es saber adelantarse a las enfermedades, saber en el mismo momento que la cabra lo nota que está cojeando y hay que saber muchísimas cosas más, ser conocedor del tema, y esto se puede aprender con el tiempo que es el que te va dando el oficio.
Y por ultimo comenta "muchas horas las paso alegremente, yo a veces veo un pájaro con un comida en el pico y me quedo mirándola porque tengo mucho tiempo”
Una profesion y oficio ya en deshuso de la que muchos leyes y normas hacen que nadie se dediquen a esta profesion, para todos ellos un saludo y mi apoyo.
SALUDOS... FALCO
En su vida no ha hecho otra cosa más que andar con cabras y es una pasión la que tiene por ellas. Mira si le gustan, que hay rebaños de ganado que no conoce nada más que de vista y sabe de quienes son. Tiene un campanillo para cada cabra porque le encanta, y hay veces que por el sonido las conoce. A veces tiene parideras en las que nacen 400 o 500 chivos en seis u ocho días y los conoce todos. El campo abierto es su ambiente, incluso se explica mejor en él. Pasar los días en el campo, con el ganado, viéndolas, trabajando, es su vida, no puede vivir sin ellas.
Con la desaparición de la cabra ya podemos ver que hay zonas de la sierra que son intransitables, la cabra mantiene totalmente limpias las dehesas, abona el campo; el ganado en las sierra se come la zarza, la escoba, no la seca, la corta lo que es conveniente, pues la cabra en el careo come lo que a ella le viene bien, un tallito aquí, otro allí, y no “enseca” a la jara, pero la mantiene a raya, esto es fundamental.
Para la gente de pueblo parece que si eres cabrero o pastor, o te dedicas a este mundo ya no tienes prestigio socialnos comenta Antonio. El nunca ha tenido ningún problema en decir a lo que se dedica, es llevarlo como un orgullo, pero hay gente que se esconde, porque parece que está mal visto, como lo que decía uno, que el pastor es el tonto del pueblo. Parece que estamos en una sociedad que si no eres algo por ahí fuera no mereces el respeto. No se porque la gente huye de esto, cuando es un trabajo digno, bonito y te permite dedicarte a lo tuyo.
Siguiendo la charla con Antonio, nos comenta: Ser pastor no es ir con la “morrala”, con el bastón y con el perro, es saber adelantarse a las enfermedades, saber en el mismo momento que la cabra lo nota que está cojeando y hay que saber muchísimas cosas más, ser conocedor del tema, y esto se puede aprender con el tiempo que es el que te va dando el oficio.
Y por ultimo comenta "muchas horas las paso alegremente, yo a veces veo un pájaro con un comida en el pico y me quedo mirándola porque tengo mucho tiempo”
Una profesion y oficio ya en deshuso de la que muchos leyes y normas hacen que nadie se dediquen a esta profesion, para todos ellos un saludo y mi apoyo.
SALUDOS... FALCO