Icor del aire:
La desfachatez de los poderosos contamina un poco más aún el aire. Que se suma a las diez toneladas de CO2 con las que cada español, todos los años, resta transparencia al elemento más básico para la vida.
¿Cómo es posible que, tras cuarenta años de recomendaciones absolutamente sensatas para ese mismo fin, se acometa ahora tan tacañamente el ahorro de energía?
¿Cómo es posible que sea una mengua de la deuda externa lo que movilice, tan poco y tan mal, en lugar de la búsqueda de salud en los aires, por cierto, base de nuestra salud?
¿Cómo es que sigue arreciada la defensa de las nucleares y la peligrosa ampliación de sus años de vida, cuando la solución es precisamente el economizar energía sin importar los combustibles peligrosos y escasos como el uranio?
La solvencia del sol sigue siendo la solución.
La desfachatez de los poderosos contamina un poco más aún el aire. Que se suma a las diez toneladas de CO2 con las que cada español, todos los años, resta transparencia al elemento más básico para la vida.
¿Cómo es posible que, tras cuarenta años de recomendaciones absolutamente sensatas para ese mismo fin, se acometa ahora tan tacañamente el ahorro de energía?
¿Cómo es posible que sea una mengua de la deuda externa lo que movilice, tan poco y tan mal, en lugar de la búsqueda de salud en los aires, por cierto, base de nuestra salud?
¿Cómo es que sigue arreciada la defensa de las nucleares y la peligrosa ampliación de sus años de vida, cuando la solución es precisamente el economizar energía sin importar los combustibles peligrosos y escasos como el uranio?
La solvencia del sol sigue siendo la solución.