Puede sacarte del sueño unos silbidos que no solo acuchillen a las primeras nociones de transparencia, sino incluso al mismo frío. Tardarás en ser consciente de que son los estorninos que han tomado ya posiciones en los tejados o en la arboleda. Al saltar de la cama, si la pereza no te ata, podrías escuchar la coronación serena del petirrojo, que aprovecha siempre esta transitoria abdicación de la noche para prevalecer.
Pocos instantes mejores para que tus pisadas sientan la mollar condición de los suelos empapados que nos ha dejado el otoño y el lluvioso invierno. Acaso, con suerte, te topes con un animal que pretenda esquivarte con su total inmovilidad. Si así te sucede, no dejes de abismarte en su mirada de caramelo. En la misma está escondido todo el sentido y el misterio de los bosques. Nuestro primer hogar y, el último, si seguimos desvalijándolos.
Puede que las hilachas de niebla tiren de tus ojos hacia lo más alto te lleven hasta la queda rodaja de luna que ya es casi nueva. Limpio, el cielo, dejará que caiga la luz más veraz del año. La que lleva a la mirada más lejos. La que convierte la contemplación en la más sana terapia, entre otros muchos motivos porque todo eso te comprende y hasta llegas a comprender qué es la belleza.
Todos podemos amanecer así. Pero casi todos habéis decidido perdéroslo y, por eso mismo, está casi todo perdido.
GRACIAS Y QUE EL 2011, TODO ÉL, OS ATALANTE COMO ME ATALANTAN A MI LOS DÍAS QUE COMIENZAN DE ESTA MANERA
Pocos instantes mejores para que tus pisadas sientan la mollar condición de los suelos empapados que nos ha dejado el otoño y el lluvioso invierno. Acaso, con suerte, te topes con un animal que pretenda esquivarte con su total inmovilidad. Si así te sucede, no dejes de abismarte en su mirada de caramelo. En la misma está escondido todo el sentido y el misterio de los bosques. Nuestro primer hogar y, el último, si seguimos desvalijándolos.
Puede que las hilachas de niebla tiren de tus ojos hacia lo más alto te lleven hasta la queda rodaja de luna que ya es casi nueva. Limpio, el cielo, dejará que caiga la luz más veraz del año. La que lleva a la mirada más lejos. La que convierte la contemplación en la más sana terapia, entre otros muchos motivos porque todo eso te comprende y hasta llegas a comprender qué es la belleza.
Todos podemos amanecer así. Pero casi todos habéis decidido perdéroslo y, por eso mismo, está casi todo perdido.
GRACIAS Y QUE EL 2011, TODO ÉL, OS ATALANTE COMO ME ATALANTAN A MI LOS DÍAS QUE COMIENZAN DE ESTA MANERA