En primer lugar, pedir disculpas a la Aguanieve tardía, como ha dicho un contertulio, por no haberla saludado a su debido momento; más tratándose de un tipo que se supone Caballero. Reitero disculpas, Aguanieve (la bruma, el oscuro témpano, la tarde quieta, las bellotas…) A coguta aceitunera, yo le diría: ¿Qué es cultura? Ella, seguramente se callaría; yo, como el poeta, le diría: cultura eres tú. En cada esquina, nos encontramos a un vanidoso, un soberbio, un absurdo, un tonto y un inculto. Dentro de nosotros, a veces sin apreciarlo, tenemos a un hipócrita revoloteando. Pero, en todas las esquinas que anduve, poca sencillez y bondad vi; poca verdad aprecié, poca cultura real. Mentira sí, absurdas mentiras que retratan la invalidez moral. Por eso, cuando recuerdo a mi tío Ángel, veo en él los valores imperecederos de la verdad: bondad, sencillez, cultura. Él era cultura, porque era pueblo. Tú, por eso precisamente, eres cultura, porque eres pueblo. Lo demás, parafernalia. El resto, Esturiones asesinados para decir a los demás que hemos comido caviar. Yo, sólo aspiro al sabor de unas aceitunitas, un olor a cebollera. Porque en ese caso, estoy alimentándome de pueblo, y, por ello, de cultura. Cultura…ese anciano que a la’brigá de la pared blanca, esperando los imperecederos sonidos de sus últimas matracas, te mira a los ojos y te cuenta cosas infinitas. Si paseo por aquí, es precisamente porque la cultura de Coral, me dice que se ha estirancao; y la tuya, que ibas con el tío chiquinino. Para leer tonterías, ya tengo muchos libros. Queremos a Realito, porque de todo lo que escribe se desprende un poema de bondad. Y, esa es la cuestión. No me falles, sigue escribiendo y, por favor, déjame las aceitunas donde quieras, que iré a buscarlas. Es más, en Semana Santa me iba a discutir con el Cristo de los Faroles, pero si me dejas las aceitunas en cualquier punto kilométrico de la nacional V, dejo la discusión para otro día. Un saludo a todos. PC
