MARGA V. no creas que me olvidé de ti en el día de tu cumpleaños, más bien has de pensar que me olvidé de las flores que cogí para ti. ¡Imperdonable! Cuando abrí esta noche el maletero del coche, menudo chasco me llevé al verlas tan chuchurrías, me quedé patidifuso:
Y yo allí con mi flor
como un gilipollas, madre,
y yo allí con mi flor
como un gilipo-o-llas.
* ¿Qué hago ahora, Hili?, le pregunté,
* ¡Pues lo que tendrías que haber hecho antes, Güevón! me respondió.
* ¿Crees que se enfadará Marga si se las doy?, volví a preguntar.
* ¡Tú verás lo que haces, pero si a mí me regalas eso …., sería lo último que hicieras; ¡sólo te pasa a ti por no estar donde debes estar, Güevón!
* Y vuelta con el Güevón; no creo que sea para tanto; echándole un poquito de agua …..; además, Marga V. es muy comprensiva y me sabrá perdonar; lo importante es el detalle.
* ¡Pues menudo detalle! ¡Felicita ya a la muchacha, pero no le regales eso! ¡Qué va a pensar!
* Después que he hecho el gasto se lo tendré que dar, así que yo voy a felicitarla y le diré que no se preocupe, que mañana le llevo un ramo espléndido. ¿Quieres que le diga algo de tu parte?
* A mi no me involucres en eso, ¡menuda vergüenza! ¡A buenas horas, mangas verdes, y encima con esas flores! ¡Tú verás lo que haces, adiósssss!.
* ¡No te vayas! … Lo que más me fastidia es que me dejes con la palabra en la boca y sabes que me pongo como un diablo cuando se me va el santo al cielo.
……………
MARGA V., ya ves como está el panorama; siento no haberte podido felicitar antes por mi mala cabeza, y no quisiera sentirme mal por más tiempo. Como siempre, te deseo lo mejor, y si las flores no te gustan, las tiras, pero aprovecha en jarrón que es de buena cerámica y me ha costado un pastón. No te lo enseño porque quiero que sea una sorpresa.
Espero que nos veamos pronto y ya verás como Hili y yo te damos, en persona, el beso que te mereces; por el momento te mandamos un par de ellos anticipados para que vayas abriendo boca.
Y yo allí con mi flor
como un gilipollas, madre,
y yo allí con mi flor
como un gilipo-o-llas.
* ¿Qué hago ahora, Hili?, le pregunté,
* ¡Pues lo que tendrías que haber hecho antes, Güevón! me respondió.
* ¿Crees que se enfadará Marga si se las doy?, volví a preguntar.
* ¡Tú verás lo que haces, pero si a mí me regalas eso …., sería lo último que hicieras; ¡sólo te pasa a ti por no estar donde debes estar, Güevón!
* Y vuelta con el Güevón; no creo que sea para tanto; echándole un poquito de agua …..; además, Marga V. es muy comprensiva y me sabrá perdonar; lo importante es el detalle.
* ¡Pues menudo detalle! ¡Felicita ya a la muchacha, pero no le regales eso! ¡Qué va a pensar!
* Después que he hecho el gasto se lo tendré que dar, así que yo voy a felicitarla y le diré que no se preocupe, que mañana le llevo un ramo espléndido. ¿Quieres que le diga algo de tu parte?
* A mi no me involucres en eso, ¡menuda vergüenza! ¡A buenas horas, mangas verdes, y encima con esas flores! ¡Tú verás lo que haces, adiósssss!.
* ¡No te vayas! … Lo que más me fastidia es que me dejes con la palabra en la boca y sabes que me pongo como un diablo cuando se me va el santo al cielo.
……………
MARGA V., ya ves como está el panorama; siento no haberte podido felicitar antes por mi mala cabeza, y no quisiera sentirme mal por más tiempo. Como siempre, te deseo lo mejor, y si las flores no te gustan, las tiras, pero aprovecha en jarrón que es de buena cerámica y me ha costado un pastón. No te lo enseño porque quiero que sea una sorpresa.
Espero que nos veamos pronto y ya verás como Hili y yo te damos, en persona, el beso que te mereces; por el momento te mandamos un par de ellos anticipados para que vayas abriendo boca.
