Transcurrido este pequeño intervalo de tiempo, quiero expresar mi más sentido pesame a la familia del amigo Celestino, al que apreciaba de verdad, aunque nada más fuese por nuestra rivalidad deportiva ¡gran culé! y por las largas conversaciones que con él mantenía cuando iba a buscar mi coche al garaje y me lo encontraba regando el patio de su hija, hombre generoso y bueno donde los hubiere, por ello me uno a dolor de su familia y un abrazo para Santi, que es con quien más trato he tenido siempre. Descanse en paz el amigo Celestino y un abrazo para él allá donde esté.