Buenas noches monseñor calambu, gracias por el reconocimiento de mi trabajo al frente del santoral, pero recuerde su eminencia que el titular es usted, yo sólo soy su humilde suplente, no puedo quitarle el puesto, entre otras cosas por el sueldo, en su ausencia estuve ojeando entre sus papeles y su nómina no tiene que ver nada con la mía, estaré encantado de suplirle en sus ausencias temporales, sólo tiene que avisarme y ahí estaré al pié del cañón.
Un saludo.
Un saludo.