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MEMBRIO: ¡cómo le tenía que escocer el culo! el pobre, ¡que...

ahora que nosotros tampoco, eramos santos, tasio.

M. M...., que no eramos santos, J. Santos y este servidor teñíamos unos utensilios para coger lagartos muy buenos, despues le cortábamos con una navaja el culo y le echábamos sal, soltándolo en clase, el lagarto con la boca abierta como si fuera amorderno, esto justificaba subirnos a los pupitres y se interrumpía la clase de religion la de los viernes que era la difinitiva y si no la pasábamos capones...........

¡Qué judios!

¡cómo le tenía que escocer el culo! el pobre, ¡que adan!