FORERAS Y FOREROS, AMIGAS Y AMIGOS
Bienvenidos a todos los que os escapasteis unos días en la Semana Santa y mi agradecimiento a todos aquellos que se quedaron al cuidado del foro y también a los que participaron en los comentarios, manteniendo el listón muy alto y dándolo vidilla en esos días.
Hace dos día y pico que regresé de MEMBRÍO, tarde y sin prisas; la mujer tirando de mi y yo ayudándole muy poquito a tirar de mi. ¡Vamos, Tomás, que se te echa la noche encima!, ¡No teníamos que haber “venío”, que luego no hay quién te arranque!. ¡Mira tú, este año sólo quieres Pueblo!, ¡El dichoso miserere te ha trastornao!. Y mi madre, que la acercamos a Cáceres, nos decía por otro lao: ¿no nos vamos?, ¡que nos van a dar las “milyquinientas”!
Debí ser de los más rezagaos, aunque todavía quedaban algunos que se hicieron rogar más que yo: VALDÍO, siempre en armonía con su idiosincrasia fiestera, posiblemente hoy esté de vuelta, ANTÍDOTO. 50, que regresó hace ná pero que piensa volver dentro de ná, ….. LLOBET, que lo mismo sigue por allí, …. FÍNFANO, ni fu ni fa, no sabemos si pica allí o pica acá, ….. y algún que otro localizao o ilocalizao que en estos día por el Pueblo ha pasao.
Salimos tarde del Pueblo, a la una y cuarto del mediodía, yo estaba desganao, sin ganas de comer, porque no eran horas, ¡acostumbrao a comer a las cinco de la tarde!, y porque a las doce del mediodía me había “jincao”, de hincar=comer, “3, empanás, 3”. Recuerdo que estos días mi madre me veía comer empaná y me decía, “ ¡pero, cómo no vas a engordá, si te las comes a papote!, ¡no sabes comé!”, ¡Pero maaadre!, yo engordo, no porque no sepa comé, sino por que me las como.
Paramos en Cáceres un ratito, a punto de habernos quedao hasta después de la siesta y del café, pero pensé que la echaría por el camino, así que proseguimos. Viajaba conmigo el virus del catarro, “incubao” entre el pecho y la garganta, y el virus de la conjuntivitis “incubao” en el ojo izquierdo. Por el camino se me desarrollaron ambos y se pusieron muy gordos; el del ojo izquierdo saltó al ojo derecho, y el del pecho terminó por rematá la garganta, que ya estaba tocada. Por momentos se me cerraban los ojos y se me apagaba la voz, bien creíamos que teníamos que quedarnos en la provincia de Toledo, no sé si a vivir o a morir. Tuve que parar varias veces en las gasolineras para lavarme las legañas, que me empezaban a soldar las pestañas. A medida que avanzaba la tarde, me iba cargando, llegué a casa con los ojos hinchaos, como los conejos, y con una voz playback que no me salía del cuerpo, aunque digna para poder cantar cualquier cosa. Y pensar que unos días antes, el canto del miserere, lo hacía con voz celestial. ¿Qué queréis que hiciera, si se me olvidó la bufanda, no me cuidé la garganta, y tanto la ansiedad como la euforia las apagaba con cubitos de hielo flotando en alcohol?, ¡A veces uno se castiga y no se comporta como debería comportarse un profesional del cante!.
Qué pena me dio venirme; ahora me quedaría por allí, estos meses de abril y mayo, con la conciencia tranquila y sin ningún tipo de remordimiento, que es como mejor se está.
Con tantos oficios y procesiones, incluidas las de los bares, no me vagó ir al campo para ver las jaras con detenimiento y, para colmo, este año sus flores están perezosas, vamos a tener que volver en cualquier otro momento.
En estos días también “he cogio coló”, sólo me falta curarme un poquino para estar lustroso como los chorizos y los lomos de la matanza.
SAAAAAAAAAAAALUUUUUUUUTAAAAARI SSSSS TOTUUUSSSSS, TOTAAASSSSS, TOTUUUMMMMM
(Saludos a todos, a todas y a todo “quisqui”)
¡Perdonad por esta despedida, pero estoy educando la voz!.
Después del desgarramiento desmedido de mi garganta, acusado en las vacaciones de Semana Santa, nada mejor para agudizar la voz y cuidar la gañotera, que la entonación del Salmo 50 “Miserere mei Deus…”!, ¡que no es un Salmo cualquiera!
Bienvenidos a todos los que os escapasteis unos días en la Semana Santa y mi agradecimiento a todos aquellos que se quedaron al cuidado del foro y también a los que participaron en los comentarios, manteniendo el listón muy alto y dándolo vidilla en esos días.
Hace dos día y pico que regresé de MEMBRÍO, tarde y sin prisas; la mujer tirando de mi y yo ayudándole muy poquito a tirar de mi. ¡Vamos, Tomás, que se te echa la noche encima!, ¡No teníamos que haber “venío”, que luego no hay quién te arranque!. ¡Mira tú, este año sólo quieres Pueblo!, ¡El dichoso miserere te ha trastornao!. Y mi madre, que la acercamos a Cáceres, nos decía por otro lao: ¿no nos vamos?, ¡que nos van a dar las “milyquinientas”!
Debí ser de los más rezagaos, aunque todavía quedaban algunos que se hicieron rogar más que yo: VALDÍO, siempre en armonía con su idiosincrasia fiestera, posiblemente hoy esté de vuelta, ANTÍDOTO. 50, que regresó hace ná pero que piensa volver dentro de ná, ….. LLOBET, que lo mismo sigue por allí, …. FÍNFANO, ni fu ni fa, no sabemos si pica allí o pica acá, ….. y algún que otro localizao o ilocalizao que en estos día por el Pueblo ha pasao.
Salimos tarde del Pueblo, a la una y cuarto del mediodía, yo estaba desganao, sin ganas de comer, porque no eran horas, ¡acostumbrao a comer a las cinco de la tarde!, y porque a las doce del mediodía me había “jincao”, de hincar=comer, “3, empanás, 3”. Recuerdo que estos días mi madre me veía comer empaná y me decía, “ ¡pero, cómo no vas a engordá, si te las comes a papote!, ¡no sabes comé!”, ¡Pero maaadre!, yo engordo, no porque no sepa comé, sino por que me las como.
Paramos en Cáceres un ratito, a punto de habernos quedao hasta después de la siesta y del café, pero pensé que la echaría por el camino, así que proseguimos. Viajaba conmigo el virus del catarro, “incubao” entre el pecho y la garganta, y el virus de la conjuntivitis “incubao” en el ojo izquierdo. Por el camino se me desarrollaron ambos y se pusieron muy gordos; el del ojo izquierdo saltó al ojo derecho, y el del pecho terminó por rematá la garganta, que ya estaba tocada. Por momentos se me cerraban los ojos y se me apagaba la voz, bien creíamos que teníamos que quedarnos en la provincia de Toledo, no sé si a vivir o a morir. Tuve que parar varias veces en las gasolineras para lavarme las legañas, que me empezaban a soldar las pestañas. A medida que avanzaba la tarde, me iba cargando, llegué a casa con los ojos hinchaos, como los conejos, y con una voz playback que no me salía del cuerpo, aunque digna para poder cantar cualquier cosa. Y pensar que unos días antes, el canto del miserere, lo hacía con voz celestial. ¿Qué queréis que hiciera, si se me olvidó la bufanda, no me cuidé la garganta, y tanto la ansiedad como la euforia las apagaba con cubitos de hielo flotando en alcohol?, ¡A veces uno se castiga y no se comporta como debería comportarse un profesional del cante!.
Qué pena me dio venirme; ahora me quedaría por allí, estos meses de abril y mayo, con la conciencia tranquila y sin ningún tipo de remordimiento, que es como mejor se está.
Con tantos oficios y procesiones, incluidas las de los bares, no me vagó ir al campo para ver las jaras con detenimiento y, para colmo, este año sus flores están perezosas, vamos a tener que volver en cualquier otro momento.
En estos días también “he cogio coló”, sólo me falta curarme un poquino para estar lustroso como los chorizos y los lomos de la matanza.
SAAAAAAAAAAAALUUUUUUUUTAAAAARI SSSSS TOTUUUSSSSS, TOTAAASSSSS, TOTUUUMMMMM
(Saludos a todos, a todas y a todo “quisqui”)
¡Perdonad por esta despedida, pero estoy educando la voz!.
Después del desgarramiento desmedido de mi garganta, acusado en las vacaciones de Semana Santa, nada mejor para agudizar la voz y cuidar la gañotera, que la entonación del Salmo 50 “Miserere mei Deus…”!, ¡que no es un Salmo cualquiera!
BUENAS TARDES A TOD@S, el baleares me alegro que hayáis dado la vuelta con bien, aunque el viaje un poco complicado, con los ojos hinchones y el moco caído, eso se arregla dando otra vez la vuelta, p´a la Mancomunidad que ya lo tenemos encima.
Que tendrá el "joio" Pueblo que a todos nos da tanta fatiga tenernos que venir.
Un abrazo par Hili y otro para tiiiiiiiiiiiii.
Que tendrá el "joio" Pueblo que a todos nos da tanta fatiga tenernos que venir.
Un abrazo par Hili y otro para tiiiiiiiiiiiii.
Buenas noches.
¿Pos que va a tener el pueblo? que es NUESTRO PUEBLO.
¡Anda, no seas Parreta (no te enfades por lo de parreta) y vente pal pueblo cuanto antes!. Un abrazo guapa
¿Pos que va a tener el pueblo? que es NUESTRO PUEBLO.
¡Anda, no seas Parreta (no te enfades por lo de parreta) y vente pal pueblo cuanto antes!. Un abrazo guapa
