He visto lluvias grises que corrían hacia las olas. He de suponer que, mirando desde Granada, el gran Lorca, observaba, desde su éxtasis poético, la ocre, melancólica y colérica riada. Y, con el tiempo, volvieron las golondrinas de Bécquer, para dejarnos la misma tormenta con distintos rayos; o, como dijera el anciano, el mismo río con distinta agua. Paz para ambos, y el anciano. Y vinieron las palomas con la rama de olivo, y lo vieron todo blanco. También, paz para Noe, y aquellos cuantos.
He sentido la frialdad de la mirada, cuando dejó de existir el vínculo material de la hipoteca. Lo prosaico y material, suelen adornar los mamotretos diabólicos de la mentira. Pero, en la guasa absurda de la soledad, los que solemos hablar con nuestra alma, nos sentimos más sublimes. Porque, absurdas banalidades al margen, la hipoteca más importante es aquella que nace y muere con nosotros: la vida misma. Y lo bueno de esa hipoteca, es que cuando uno está con Pinaryencina (te quiero un montón) Carni, Coralina, Vísperas, Realito, M. José, Encina, BODES, Calambú, Xavier, y tantos/tantas, otros/as, parece ser que el barco de la melancolía y las añoranzas, se va con Poseidón hacía el río Océano. Un abrazo para todos. PC
He sentido la frialdad de la mirada, cuando dejó de existir el vínculo material de la hipoteca. Lo prosaico y material, suelen adornar los mamotretos diabólicos de la mentira. Pero, en la guasa absurda de la soledad, los que solemos hablar con nuestra alma, nos sentimos más sublimes. Porque, absurdas banalidades al margen, la hipoteca más importante es aquella que nace y muere con nosotros: la vida misma. Y lo bueno de esa hipoteca, es que cuando uno está con Pinaryencina (te quiero un montón) Carni, Coralina, Vísperas, Realito, M. José, Encina, BODES, Calambú, Xavier, y tantos/tantas, otros/as, parece ser que el barco de la melancolía y las añoranzas, se va con Poseidón hacía el río Océano. Un abrazo para todos. PC
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