Ulpiano: “Justitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuere” (La justicia, es la constante y permanente voluntad de dar a cada uno lo suyo)
¡Ah, la justicia, amigo Pisaera! Decía un señor muy viejo- tanto que tendría ahora más de dos milenios de edad- que odiamos la injusticia, no por miedo a cometerla, sino por temor a que la cometan contra nosotros”.
La endógena y egoísta mutación del concepto, alejándonos paulatinamente de Marco Aurelio, nos dirá la penosa y triste realidad. Justicia, es todo aquello que me favorece; injusticia, lo que me perjudica. Definición humanoide de la supervivencia, a través de de la ciencia empírica que nos da el tiempo.
Como decía un anciano: “- ¿Mala suerte? ¿Buena suerte?... ¿Injusticia?... ¿Quién sabe...?
"De la mar al precepto, del precepto al concepto, del concepto a la idea- ¡Oh, la linda tarea!-, de la idea a la mar. ¡Y otra vez a empezar!" (Antonio Machado).
Dicen que dijeron, que Zamora no se ganó en una hora. A mí me costó mucho. Caminé mucho por la margen izquierda del río Duero, hasta donde finan los caminos. Y subí, loco de mí, a una barca y comí peces. Cuando creí haberla conquistado, tuve que rendirme. Me rompieron el corazón un millón de veces, pero sigo enamorado de Zamora. “…Rey Don Sancho, Rey Don Sancho, non digas que no te aviso…” Un abrazo, amigo Pisaera. PC
¡Ah, la justicia, amigo Pisaera! Decía un señor muy viejo- tanto que tendría ahora más de dos milenios de edad- que odiamos la injusticia, no por miedo a cometerla, sino por temor a que la cometan contra nosotros”.
La endógena y egoísta mutación del concepto, alejándonos paulatinamente de Marco Aurelio, nos dirá la penosa y triste realidad. Justicia, es todo aquello que me favorece; injusticia, lo que me perjudica. Definición humanoide de la supervivencia, a través de de la ciencia empírica que nos da el tiempo.
Como decía un anciano: “- ¿Mala suerte? ¿Buena suerte?... ¿Injusticia?... ¿Quién sabe...?
"De la mar al precepto, del precepto al concepto, del concepto a la idea- ¡Oh, la linda tarea!-, de la idea a la mar. ¡Y otra vez a empezar!" (Antonio Machado).
Dicen que dijeron, que Zamora no se ganó en una hora. A mí me costó mucho. Caminé mucho por la margen izquierda del río Duero, hasta donde finan los caminos. Y subí, loco de mí, a una barca y comí peces. Cuando creí haberla conquistado, tuve que rendirme. Me rompieron el corazón un millón de veces, pero sigo enamorado de Zamora. “…Rey Don Sancho, Rey Don Sancho, non digas que no te aviso…” Un abrazo, amigo Pisaera. PC