BODES, amigo mío. Estoy jodido. Jodido y extenuado. La conjunción copulativa me tiene mareado. Pero, tú, mientras yo tenga un minuto que darte y unos dedos que dirijan lo que me sale, dejarás el aburrimiento en el pesebre de los miles de asnos. Estoy jodido por el cambio climático. Pero, no tanto por el cambio climático en sí mismo, sino porque, me consta que no lo veré. Y es una putada, porque siempre hubo cambio climático y muchos no lo vieron; y los que lo vieron no pudieron contarlo. Aunque ahora, nos hablan del terciario, cuaternario, y aquellos tiempos en que, por nuestros prados, pululaban, a sus anchas, los dinosaurios. Y Leónidas, volvió, muchos siglos después, hacia el paso de las Termopilas, con los espartanos, y se dio cuenta de que se lo habían llevado. Así que el Persa, descojonado, pasó tranquilamente hasta el ágora, imbécil de él, a discutir con Anaximenes y Anaximandro. Pero llegó tarde a comprender que no estaban imbuidos de cambio climático. Y, comenzó a llorar compulsivamente, añorando el famoso paso. ¡Eran trescientos! –dos arriba, cuatro abajo- y hoy, estarían parados. Son esas cosas, amigo BODES, del cambio climático. Un abrazo p’a dambos. PC