¡Pisaera!: Ya veo que hay dos. Como bien dices, el otro termina en “s”. Además se os distingue porque escribís distinto, tanto en la forma como en el fondo. Has mentado a D. Celestino. ¡Qué fenómeno! Aunque es de reconocer que entonces acojonaba. Cuando aparecía con los instrumentos y se oía desde la cama (con la cabeza bajo las sábanas) el ruido de las agujas colocándolas en el cacharro de chapa. Y después cuando le prendía fuego… ¡la leche joía!. Me acuerdo perfectamente. Pero entonces, dada la supina ignorancia, yo no sabía por qué prendía fuego a la cosa. Será para putearme más, me decía para mis adentros. El caso es que, pasado el tiempo, es de reconocer que era un artista colocando banderillas. ¡No he visto cosa igual!. Un saludo. PC