Hola, María José. Te leo en estos momentos, de casualidad (casualidad llaman los tontos al destino, dicen) Es festivo en Madrid y estoy fuera, por lo que normalmente no tengo mi PC, hasta que vuelva esta noche. Estoy en una biblioteca y me he pasado por el Foro. Siento que te sientas sola- o, cuanto menos, esa es la impresión que das- Ocurre que a estas horas el personal está normalmente atareado en sus labores y hay menos actividad en el foro.
Yo tengo la impresión de que la gente de este foro te quiere bastante; si no fuese así, es cuando realmente deberías sentirte sola. Percibo, no obstante, que tu soledad no tiene nada que ver con el foro- la gente del foro está ahí- Creo que todos hemos conocido ese tipo de soledad impuesta, no querida. Pero, esa soledad se combate con alegría. Alegría interior.
A veces, las alegrías hay que inventárselas. Últimamente, a mí me da por machacar almendras en un tronco de pino con un martillo. Alguno pensará que estoy pirao, pero me sirve de terapia. Un montón de almendras, una a una; una hora, otra. Se acaban las almendras y sigo con las aceitunas; cuando se acaben estas empezaré otra cosa. Lo bueno de las almendras y las aceitunas, es que sin decir nada, te dicen mucho. Si no las tienes por ahí, las robas (que es lo que hago yo más o menos) y si no te es posible, te inventas algo.
La soledad, debe de ser la querida, la amada; esa que te sobra todo alrededor. La otra- losa aviesa que viene de vez en cuando a visitarnos- debemos de intentar que pase de largo (como cuando nos poníamos a labrigá en el pueblo – con las mantas forrando las sillas- para que pasase el aire gélido y se quedase el sol) Si no te animas, te perderás un relato que te tengo preparado sobre cosas hortofrutícolas.
El otro día, me reí un montón recordando, en soledad, pasajes de mi vida (acurrucao en el camastro) Todos tenemos cosas nuestras para reír y llorar. Seguramente, si alguien me ve por un espejo, con los signos externos de que me rodeaba, hubiese dicho que todo era anormal. Sí, seguramente las cabras también sonríen. Anímate. No me gusta sentirte triste. Un beso. PC
Yo tengo la impresión de que la gente de este foro te quiere bastante; si no fuese así, es cuando realmente deberías sentirte sola. Percibo, no obstante, que tu soledad no tiene nada que ver con el foro- la gente del foro está ahí- Creo que todos hemos conocido ese tipo de soledad impuesta, no querida. Pero, esa soledad se combate con alegría. Alegría interior.
A veces, las alegrías hay que inventárselas. Últimamente, a mí me da por machacar almendras en un tronco de pino con un martillo. Alguno pensará que estoy pirao, pero me sirve de terapia. Un montón de almendras, una a una; una hora, otra. Se acaban las almendras y sigo con las aceitunas; cuando se acaben estas empezaré otra cosa. Lo bueno de las almendras y las aceitunas, es que sin decir nada, te dicen mucho. Si no las tienes por ahí, las robas (que es lo que hago yo más o menos) y si no te es posible, te inventas algo.
La soledad, debe de ser la querida, la amada; esa que te sobra todo alrededor. La otra- losa aviesa que viene de vez en cuando a visitarnos- debemos de intentar que pase de largo (como cuando nos poníamos a labrigá en el pueblo – con las mantas forrando las sillas- para que pasase el aire gélido y se quedase el sol) Si no te animas, te perderás un relato que te tengo preparado sobre cosas hortofrutícolas.
El otro día, me reí un montón recordando, en soledad, pasajes de mi vida (acurrucao en el camastro) Todos tenemos cosas nuestras para reír y llorar. Seguramente, si alguien me ve por un espejo, con los signos externos de que me rodeaba, hubiese dicho que todo era anormal. Sí, seguramente las cabras también sonríen. Anímate. No me gusta sentirte triste. Un beso. PC