ANDREA:¡Con qué orgullo dices que eres de Membrío!Está muy bien. Referente a la Posada (la "posá" para los nativos). Piénsese que la Posada era la ventana más grande que tenía el pueblo por donde le entraba "los aires" frescos de fuera...del exterior.En lo comercial no sólo llegaban frutas y verduras (siendo Juan "el de las mozas" el más popular); sino el "pescao" con sus peces vivos y coleando, el trapero que cambiaba hierros viejos por algarrobas, el cacharrero con sus cántaros, cantarillas, vasijas, barriles... El de la porcelana. Los domingos y con asiduidad se acercaban "el mantero" de Aliseda y el zapatero de Salorino. En Ferias, de Arroyo venían el relojero y el fotógrafo del caballito. De Santiago nos visitaba el "tío Perico" con sus helados. Emblemática resultaría su lumbre. Alrededor de ella se sucedían animosas conversaciones "multicolores", sustentadas por viajantes, comediantes, etc. Allí se iba a buscar brasas lo mismo para el brasero vecino como para el incensario de la vecina Iglesia.La posada incluso servió como "corral de concejo" durante un tiempo. Dos pesetas costaba la sustentación de cualquier caballería. Como no te vas a acordar del tío Isaac que iba con su silla al hombro de corro en corro, y vivía cerca por encima del practicante don Celestino, casa que después fue barberia, que junto a la de tu tío Gregorin fueron las últimas con más reigambre.Espero que te haya gustado el relato, por aquello de refrescar la memoria, que porqué no decirlo:histórica. Saludos. EL CONSEGUIDOR.