Una de las tradiciones más comunes en Membrío es (¿era? el saludo al viandante, afirmando y preguntando al tiempo la actividad evidente.
Así, si alguién se afanaba en pintar la casa, el saludo podría ser:
-Hey, estamos pintando... Y la respuesta...
-Vamos, un poquino...
A los cinco minutos...
-¿Cómo va la pintura..?
-Ahí va...
En otras ocasiones, el paso de éste o aquél, o aquella, sugería inmediantamente la conversación del corrillo...
-Buenas...
-Adiós...
(Corrillo)
-¿Y ésta de quién es..?
-Es de la Angustias, que está en-, sobrina de Paco.
-¡Madre, que cambio!
-Sí, pero su madre era mucho más guapa.
-Ya, la pena es que se casó con el de la...y ya ves como le fue.
-La culpa fue de la suegra que -como siempre- no los dejó ni a sol ni a sombra hasta que se fueron al campo.
-¡Ya, ya, de la suegra...
Así, mientras la chica se aleja va dejando tras de sí ese murmullo ¡en voz alta! que parece no escuchar pero que se oye en toda la calle.
¡Membrío!, ¡Membrío! Que tristes quedan tus calles cuando -sin tus abuelos y abuelas contando las historias- nadie murmura ni se fija en el caminante que va "parriba" o viene de "parriba" por entre tus casa blanquísimas y el recuerdo de los que se fueron para siempre.
Quiero nuevamente sus murmullos, sus pesquisas, sus preguntas...porque acompañaban al caminante solitario en las noches cálidas de los marivillosos veranos...
"El viajero inglés".
Así, si alguién se afanaba en pintar la casa, el saludo podría ser:
-Hey, estamos pintando... Y la respuesta...
-Vamos, un poquino...
A los cinco minutos...
-¿Cómo va la pintura..?
-Ahí va...
En otras ocasiones, el paso de éste o aquél, o aquella, sugería inmediantamente la conversación del corrillo...
-Buenas...
-Adiós...
(Corrillo)
-¿Y ésta de quién es..?
-Es de la Angustias, que está en-, sobrina de Paco.
-¡Madre, que cambio!
-Sí, pero su madre era mucho más guapa.
-Ya, la pena es que se casó con el de la...y ya ves como le fue.
-La culpa fue de la suegra que -como siempre- no los dejó ni a sol ni a sombra hasta que se fueron al campo.
-¡Ya, ya, de la suegra...
Así, mientras la chica se aleja va dejando tras de sí ese murmullo ¡en voz alta! que parece no escuchar pero que se oye en toda la calle.
¡Membrío!, ¡Membrío! Que tristes quedan tus calles cuando -sin tus abuelos y abuelas contando las historias- nadie murmura ni se fija en el caminante que va "parriba" o viene de "parriba" por entre tus casa blanquísimas y el recuerdo de los que se fueron para siempre.
Quiero nuevamente sus murmullos, sus pesquisas, sus preguntas...porque acompañaban al caminante solitario en las noches cálidas de los marivillosos veranos...
"El viajero inglés".