En los poyos que había en las casas destinados a tener las vasijas con agua para beber solían tener sitio para dos, tinaja y cántaro, se cogía el vaso y se metía en la tinaja para sacar agua y beber todo el que tuviera sed, cuando se iba agotando el agua de la tinaja se iba llenando con la que tenía el cántaro y así sucesivamente.
Con el vaso del agua ocurría lo mismo que con los platos, en la mesa un vaso y un plato grande para comer todos y tan contentos porque había para "manducar"
¡Jesús,...
Con el vaso del agua ocurría lo mismo que con los platos, en la mesa un vaso y un plato grande para comer todos y tan contentos porque había para "manducar"
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