Belén, soldado romano, MEMBRIO

(26 de Diciembre de 2015)
LIMPIAR LAS HERIDAS.
Para limpiarlas, se optó por agua con jabón o agua salina, y se probaron tres niveles diferentes de presión. Los pacientes se sometieron a un seguimiento para ver quién tendría que había necesitado una nueva cura en los 12 meses siguientes a la primera limpieza, como consecuencia de una infección o por problemas en la cicatrización de las heridas.