Buenos días amig@s, ya empezamos la jornada.
DOÑA INÉS.- ¿Amor has dicho?
BRÍGIDA.- SÍ, amor.
DOÑA INÉS.- No; de ninguna manera.
BRÍGIDA.- Pues por amor lo entendiera
el menor entendedor;
mas vamos la carta a ver…
¿En qué os paráis? ¿Un suspiro?
DOÑA INÉS.- ¡Ay! Que cuanto más la miro
menos me atrevo a leer.
Lee.
“Doña Inés del alma mía”
¡Virgen santa, qué principio!
BRÍGIDA.- Vendrá en verso, y será un ripio
que traerá la poesía.
Vamos, seguid adelante.
Lee.
DOÑA INÉS.- “Luz de donde el sol la toma,
hermosísima paloma,
privada de liberdad,
si os dignáis por estas letras
pasar vuestros lindos ojos,
no los tornéis con enojos
sin concluir; acabad”
BRÍGIDA.- ¡Qué humildad y qué finura!
¿Dónde hay mayor rendimiento?
DOÑA INÉS.- Seguid, seguid la lectura.
Lee.
DOÑA INÉS.- “ Nuestros padres de consumo
nuestras bodas acordaron
porque los cielos juntaron
los destinos de los dos;
y halagado desde entonces
con tan risueña esperanza,
mi alma, Doña Inés, no alcanza
otro porvenir que vos.
De amor con ella en mi pecho
brotó una chispa ligera,
que han convertido en hoguera
tiempo y afición tenaz.
Y esta llama, que en mí mismo
se alimenta, inextinguible,
va creciendo y más vorad.”
BRÍGIDA.- Es claro; esperar le hicieron
en vuestro amor algún día
y hondas raíces tenía
cuando a arrancárselo fueron.
Seguid.
Lee.
DOÑA INÉS.- “En vano a apagarla
concurren tiempo y ausencia,
que doblando su violencia,
no hogera ya, volcán es.
Y yo, que en medio del cráter
desamparado batallo,
suspendido en él me hallo,
entre mi tumba y mi Inés.”
BRÍGIDA.- ¿Lo veis, Inés? Si ese Horario
le despreciáis, al instante
le preparan el sudario…
DOÑA INÉS.- Yo desfallezco.
BRÍGIDA.- Adelante.
Lee.
DOÑA INÉS.- ¡Inés, alma de mi alma,
perpetuo imán de mi vida,
perla sin concha escondida
entre las algas del mar;
garza que nunca del nido
tender osaste el vuelo
al diáfano azul del cielo
para aprender a cruzar;
si es que a través de esos muros
el mundo, apenadas, miras,
y por el mundo suspiras,
de libertad con afán,
acuérdate que al pie mismo
de esos muros que te guardan,
para salvarte te aguardan
los brazos de tu Don Juan.”
Representa.
¿Qué es lo que me pasa, ¡cielo!,
que me estoy viendo morir?
BRÍGIDA.- (Aparte) Ya tragó todo el anzuelo.
A Doña Inés.
Vamos, que está al concluir.
Lee.
DOÑA INÉS.- “Acuérdate de quien llora
al pie de tu celosía,
y allí le sorprende el día
y le halla la noche allí;
acuérdate de quien vive
sólo por ti, ¡vida mía!,
y que a tus pies volaría
si le llamaras a ti.”
BRÍGIDA.- ¿Lo veis? Vendría.
DOÑA INÉS.- ¿Vendría?
BRÍGIDA.- A postrarse a vuestros pies.
DOÑA INÉS.- ¿Puede?
BRÍGIDA.- ¡Oh, si!
DOÑA INÉS.- ¡Virgen María!
BRÍGIDA.- Pero acabad, Doña Inés.
DOÑA INÉS.- (Lee) “Adiós, ¡oh, luz de mis ojos!
adiós, Inés de mi alma;
medita, por Dios, en calma
las palabras que aquí van,
y si odiais esa clausura
que ser tu sepulcro debe,
manda, que a todo se atreve,
por tu hermosura, Don Juan”
Representa.
¡Ay! ¿Qué filtro envenenado
me dan en este papel,
que el corazón desgarrado
me estoy sintiendo con él?
¿Qué sentimientos dormidos
son los que revela en mí;
qué impulsos jamás sentidos,
qué luz que hasta hoy nunca ví?
¿Qué es lo que engendra en mi alma
tan nuevo y profundo afán?
¿Quién roba la dulce calma
de mi corazón?
Que paseis buen día. Besos Membriller@s.
... (ver texto completo)