DON JUAN Y DON CALAMBÚ
EN UNA TARDE DE AGOSTO
SE ATIBORRARON DE MOSTO
Y SE FUERON COMO MAMBRÚ.
Te estoy leyendo despacio
al tiempo que te imagino
lo mismo que un cebollino
dentro de un pobre gazpacho.
Con el moquillo y mostacho
entre sábanas de lino
con un caldo de gorrino
Y quedándote tan ancho.
Pero, Don Juan, medita.
¿Dices qué allá en el pantano
quiso meterte mano
una tarde una chiquita?
¿Y dices que te la metió
cerca de la orilla fresquita?
¿Estabais espatarrados,
había agua, había encina?
¡Don Juan, Don juan!
qué cosas tiene el burro
si ve a la burra mojina.
Te has debido confundir
con aquella mesa camilla
donde jugabas con la dama
a, Dios sabe, qué cosillas.
En tus tiempos no había pantano;
y, por tanto, tampoco orilla.
Así, que, no alucines D. Juan,
que parece que alucinas.
No me extraña, con esa gripe
y hasta el culo de pastillas.
Que te mejores, querido PCALAMBÚ. PC
... (ver texto completo)
