D. FRANCISCO
No creas que me olvido,“tan aína”, de este espacio membrillero. Bien es cierto que en esta ocasión me está costando ponerme al día, porque falté mucho por asuntos propios y, lo que me temo, es que seguiré faltando, y para colmo me he apuntado a unos cursos por la tarde que me roban el poco tiempo que tenía, a pesar de que tengo muy claro que cada vez que intento saber más me doy cuenta de que sé menos, pero también dicen que es de sabios darse cuenta de eso, por lo cual aspiro a ser sabio algún día, así que yo, por principios, lo intento.
La semana pasada nos fuimos a Cáceres con el “come, come” de que D. Francisco no daba señales de vida. Hablando con ASUN, que la encontramos en el Paseo de Cánovas, junto a esas casetas donde escasean las acelgas y emanan olores tentadores de chorizos, dulces y quesos, recordamos a D. Francisco.
Pensamos que estarías en casa de tu hija con el computador escondido, o que te habrías embarcado en algún viaje con los nietos. Luego resultó ser el Pacaya el responsable de tu ausencia, que se había despertado con malos humos, menos mal que todo quedó en un susto, porque el asunto se puso feo.
Con Asun hablamos de todo un poco, no sólo del foro y de sus foreros, hablamos hasta del tipín “natur house” que está cogiendo. Ese tipín que muestra orgullosa, llevándose los dedos a la cintura del pantalón y estirándola desafiante como diciendo: ¡aquí me sobra tela!”. Esa envidia que me provocó, quedó mermada al instante por los olores embriagadores que me seguían llegando de las casetas. La dualidad de mi existencia estaba en juego: ¡Natur Hause o el queso!.
El domingo al mediodía recibimos una gran noticia, el amigo ARM nos llamó expresamente por teléfono para decirnos: “ ¡D. Francisco ha entrao!”. Cogió Hili el teléfono y, de lo nerviosa que se puso, pensó que tenía en las manos un inalámbrico y tiró del cable, que a punto estuvo de cortar la comunicación y de estropearle a mi “mamá” el teléfono. Ella se apresuró a contármelo a mí y yo se lo conté a mi “mamá”, que en ese momento estaba con el ojo abierto y la cabeza alzada, esperando a que le echase las gotas. Con la alegría y los nervios no recuerdo si se las eché dentro o fuera, no recuerdo si se las eché en el ojo derecho o en el izquierdo. Vi como Hili llamaba a su hermana Cande para contárselo y Cande también se lo dijo a la familia de Madrid, y la familia de Madrid nos llamó después para confirmar lo que les había contado Cande, así que toda la tarde estuvieron sonando los teléfonos; me puse en la terraza a tomar el sol para coger un poco de moreno y ahora tengo la oreja derecha blanca del “celular”.
Fue una grata noticia; ni terremotos, ni huracanes, ni tsunamis, ni Pacaya, ni Pacayo, D. Francisco seguía con nosotros, como espero que siga por mucho tiempo.
UN FUERTE ABRAZO DE HILI Y MÍO
PD. No estoy acostumbrado a decirle “mamá” a mi madre,
yo creo que es la primera vez que se lo digo;
me resulta una palabra muy mimosa,
y para las cosas de mimos yo siempre fui un poco arisco,
Lo de mamá, ¡cómo que no va conmigo!,
pero reconozco que es muy lindo decirlo,
y es que con este foro afloran, los sentimientos escondidos.
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