Hola Marem.
Como se nota por tus mensajes que eres más joven y que muestras interés en saber cosas de antaño, voy a explicarte como nos aseaban nuestras madres cuando eramos niños, algunos ya lo saben pero seguro que les gustará recordarlo. Nos sacaban de la cama y en pijama nos llevaban hasta la chimenea, allí al fuego tenían pucheros grandes de barro con agua puesta a calentar, vertían el agua caliente en un barreño de cinz, luego con el vaso de la tinaja ivan echando agua fría hasta dejar el agua del barreño templada, (si era verano lo lenaban y lo ponían al sol por la mañana y por la tarde ya tenía una temperatura ideal). Bueno pues lo primero la cabeza, nos quitaban la parte de arriba del pijama y nos arrodillábamos en el suelo metiendo la cabeza en el barreño, siempre con la consiguiente advertencia,"niño cierra bien los ojos que no te entre jabón", terminada la cabeza nos daba un trapo para envoverla y quitandonos el resto de ropa, nos poniamos depie en el barreño o sentados si este era grande y ya nos lavaba todo el cuerpo, ni que decir que no había champú y gel como ahora, el jabón era casero hecho de tocino cocido y es que el cerdo tiene muchas propiedades que ya no se aprovechan.
Y como único testigo de todo esto, el gato enroscao al pie de la lumbre. Alomejor el animal pensaba ¡mira le ha dejao como un pincel!
Bueno hasta otro ratillo. Un abrazo
Como se nota por tus mensajes que eres más joven y que muestras interés en saber cosas de antaño, voy a explicarte como nos aseaban nuestras madres cuando eramos niños, algunos ya lo saben pero seguro que les gustará recordarlo. Nos sacaban de la cama y en pijama nos llevaban hasta la chimenea, allí al fuego tenían pucheros grandes de barro con agua puesta a calentar, vertían el agua caliente en un barreño de cinz, luego con el vaso de la tinaja ivan echando agua fría hasta dejar el agua del barreño templada, (si era verano lo lenaban y lo ponían al sol por la mañana y por la tarde ya tenía una temperatura ideal). Bueno pues lo primero la cabeza, nos quitaban la parte de arriba del pijama y nos arrodillábamos en el suelo metiendo la cabeza en el barreño, siempre con la consiguiente advertencia,"niño cierra bien los ojos que no te entre jabón", terminada la cabeza nos daba un trapo para envoverla y quitandonos el resto de ropa, nos poniamos depie en el barreño o sentados si este era grande y ya nos lavaba todo el cuerpo, ni que decir que no había champú y gel como ahora, el jabón era casero hecho de tocino cocido y es que el cerdo tiene muchas propiedades que ya no se aprovechan.
Y como único testigo de todo esto, el gato enroscao al pie de la lumbre. Alomejor el animal pensaba ¡mira le ha dejao como un pincel!
Bueno hasta otro ratillo. Un abrazo