Ancestros
(A la memoria de mis tíos Gregorio y Rosa)
En Granadilla.-Los yerbajos invaden la calleja que baja desde la puerta de Coria, a la que a duras penas le quedan en pie las musgosas paredes de pizarra; como es primavera, entre el verde asoman los amarillos y violetas de las flores y más de un pájaro gorjea o trina entre la arboleda, el olivo está en flor y la higuera tiene abultadas brevas; lo envuelve todo el sonido del viento y el chapotear de las olas contra los cortantes de la desnuda pizarra donde en la orilla, flotando, se balancea un tronco seco, se queja el invasor eucalipto con el crujir de sus ramas; de pronto la aprehensión atenúa los sonidos; un intenso olor a rosas hace que un escalofrío me recorra el cuerpo, en la orilla, junto a las aguas del pantano hay florecido un rosal de rosas rosa, bajo ellas está el inundado cementerio viejo.
jmgd
(A la memoria de mis tíos Gregorio y Rosa)
En Granadilla.-Los yerbajos invaden la calleja que baja desde la puerta de Coria, a la que a duras penas le quedan en pie las musgosas paredes de pizarra; como es primavera, entre el verde asoman los amarillos y violetas de las flores y más de un pájaro gorjea o trina entre la arboleda, el olivo está en flor y la higuera tiene abultadas brevas; lo envuelve todo el sonido del viento y el chapotear de las olas contra los cortantes de la desnuda pizarra donde en la orilla, flotando, se balancea un tronco seco, se queja el invasor eucalipto con el crujir de sus ramas; de pronto la aprehensión atenúa los sonidos; un intenso olor a rosas hace que un escalofrío me recorra el cuerpo, en la orilla, junto a las aguas del pantano hay florecido un rosal de rosas rosa, bajo ellas está el inundado cementerio viejo.
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