Llega el
verano, ha terminado la siega, los granos están en la troje, y los garrovillanos pensaban y piensan en la gran
fiesta,
San Roque o los
Toros, que año tras año reproducen el reencuentro entre los que continúan y los que emigraron. El escenario es la
Plaza Mayor, convertida en coso para capeas desde hace varias centurias. Las talanqueras, los
carros, la jaula de maderos, la empalizá, las costanas, los rehiletes, los soplillos, son los ingredientes del
juego con los toros. Toros que fueron
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