No me importa caminar. No hay distancias cuando se tiene un motivo.

La mitad del mundo no puede comprender los placeres de la otra mitad.

Creo que la gente pierde la capacidad de sorprenderse porque diariamente presencia desastres que suceden en todos lados.

Al final, no os preguntarán qué habéis sabido, sino qué habéis hecho.

Cada día sabemos más y entendemos menos.

Todos desean saber, pero pocos pagar el trabajo que vale.

Deja de tener miedo de lo que puede salir mal y comienza a emocionarte de lo que puede salir bien.

Las personas que tienen poco que hacer son por lo común muy habladoras: cuanto más se piensa y obra, menos se habla.

Hay quien se tiene que esconder de tantas cosas injustas...

No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto.

Sólo cerrando las puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir.

Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza.

Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.

La tragedia de la vida es que envejecemos muy pronto y nos volvemos sabios demasiado tarde.

Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda.