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CORIA: UN PASEO POR LA JUDERÍA DE Coria...

UN PASEO POR LA JUDERÍA DE Coria

Escudo de la Inquisición, en las "Cuatro calles"

La ciudad extremeña de Caurium, Coria, es una fundación romana sobre un núcleo anterior al siglo II a. de E. C. Un sistema defensivo murado, probablemente de época altoimperial, cierra el altozano sobre el que se desarrollan las culturas romana, visigoda, musulmana, cristiana y judía. De época romana es la Puerta de la Ciudad, recientemente restaurada, en cuyo emplazamiento nos situamos para iniciar el recorrido cultural por el universo judío de Coria.
El asentamiento de los judíos en Coria sucede en la época de la Reconquista cristiana, en los días en que el obispo Arnaldo II lleva a cabo una importante labor repobladora en la ciudad a finales del siglo XII, sin descartar otras fechas o civilizaciones anteriores como el período musulmán. A principios del siglo XIII la repoblación judía está consolidándose en Coria. Así, el fuero que otorga el soberano Fernando III a la ciudad en 1227 recoge una legislación jurídica que regula la vida de los judíos en el marco de la ciudad.

Es de suponer que la organización interna de la judería de Coria tendría el mismo funcionamiento que las del resto de Castilla y León. En esta época, los judíos caurienses constituyen una comunidad religiosa y una corporación social autóctona separada de la comunidad cristiana y del concejo urbano. En este sentido, la aljama de Coria funciona como una institución jurídica y social independiente que aglutina a todos los judíos de la ciudad. Dicha institución elabora sus propios estatutos internos basados en las leyes rabínicas de su tiempo, que sirven a su vez de código civil y penal de la sociedad con funciones similares a la del municipio cristiano.
Uno de los capítulos fundamentales de la historia de los judíos de Coria es el espacio urbano que ocupa la judería desde los primeros días de su asentamiento en la ciudad. En este punto, las primeras noticias se remontan a principios del siglo XIV. En 1320-1322 Yom Tov vive en la actual calle Ancha del Rollo, extramuros de la ciudad, al lado de la Puerta del Duque. Yom Tov es propietario de tres casas, una tenería situada junto al río Alagón, y un viñedo en la carretera del Guijo. Otros judíos son don Mosé Manchorro, don Abrahán Halliello y don Mosé de Gata. A principios del siglo XV hay familias judías, como Sentó Abeara, que habitan en las inmediaciones de la Puerta de la Ciudad.
En la Puerta de la Ciudad nace Cuatro Calles por cuya vía urbana continuamos el paseo cultural. En la fachada de la casa número 15 hallamos un escudo labrado con las armas de la Inquisición, que perteneció a un familiar o comisario del Santo Oficio. El maestrescuela don Agustín de Camargo y don Bartolomé Muñoz fueron inquisidores de Coria en el s. XVI, y don Gaspar de Lerín y Bracamonte en el siglo XVII. Lucas Martín de la Vega fue familiar en el siglo XVII.
Desde Cuatro Calles tomamos la calle Albaicín, el corazón de la judería de Coria, situada en el distrito parroquial de la iglesia catedral de Santa María. Comprende la judería de Coria el espacio geográfico que se extiende desde la Puerta del Duque -en la actualidad tapiada- hasta la Puerta de la Ciudad, guarecida por los lienzos de la muralla romana.
c/ Albaicín

Plaza del Albaicín

En la judería de Coria -Plaza y calle del Albaicín- residen los judíos Samuel Albelia y su mujer Oruçeti en 1459, Yuçé Leví en 1473, Mosé Çerfaty el mozo, Yudá de Alba y Gallego en 1491. Éstos judíos viven en casas de su propiedad en cuya barriada también habitan y tienen propiedades miembros del estado eclesiástico. Por tanto, la judería de Coria es un espacio urbano abierto compartido por judíos y cristianos.
Al lado de la judería hallamos la Plaza Mayor, residencia de Samuel Leví en 1401, Jacob Arrueste, que vive en la "casa del castillo" en 1438, y Çerfaty Escudero en 1481. Éstos judíos viven en casas de alquiler propiedad del clero catedralicio. Posiblemente en la judería de la calle Albaicín, o quizá en la Plaza Mayor, habitan Israel Saulí, Samuel Abemele, rabí Menahén, Jacob Arrobas, Abrahán Arruestre, Mosé Arruestre y Samuel Arrueste, don Mosé Centeno, Abrahán Dono, entre otros judíos.
En la comunidad judía se desarrollan las actividades laborales básicas para atender sus necesidades públicas y privadas. Entre las profesiones desempeñadas por los judíos de Coria conocemos los oficios del tornero Yom Tov, el platero Samuel Leví, el sastre converso Rodrigo Álvarez, los arrendadores y recaudadores de impuestos de la corona, nobleza e iglesia Jacob Arrobas, Mosé Abendino, Israel Saulí, Yuçé Leví y Vidales Cohén.
Entre los años de 1473 y 1478 Jacob Arrobas desempeña una labor fundamental en la contratación demateriales de construcción y otros asuntos financieros y administrativos relacionados con el castillo de los duques de Alba, situado al pie de la Puerta de San Francisco o del Rollo, cuya obra dirige el cantero Juan Carrera.
Los judíos de Coria tienen una serie de instituciones comunitarias necesarias para desarrollar sin problemas su vida en el judaísmo. Encontramos el cementerio u "onsario de los judíos" extramuros de la ciudad en las inmediaciones del ejido comunal, saliendo por la Puerta del Carmen en dirección al arrabal del mismo nombre.
Desde la fecha de 1464 la aljama hebrea de Coria recauda los impuestos fiscales de los judíos que habitan en Villanueva de la Sierra y Santa Cruz de Paniagua, cilleros del obispo de Coria.
No debían faltar en la judería de Coria otras dependencias comunitaria como la carnicería, que expide carne kosher, alimento apto para el consumo de acuerdo con los preceptos religiosos del judaísmo, la panadería, una cofradía o sociedad de beneficencia a imitación de las cristianas, el tribunal rabínico (en hebreo, bet-dín), que podría situarse en la sinagoga, así como la escuela religiosa para los niños, etc.

Entrada de la Sinagoga desde la Plaza de San Juan.

Lateral de la Sinagoga desde la c/ de Alonso Díaz Desde la Plaza Mayor tomamos por la calle Toril siguiendo el edificio del Museo de la Cárcel Real, visita obligada para el conocimiento de la historia y costumbres de la ciudad. Las colecciones de Arqueología e Historia recogen el legado histórico y social de la ciudad. A espaldas del Museo se extiende la recoleta Plazuela de San Juan, presidido por el olivo de la paz, en cuyo espacio debió existir un pequeño templo visigodo, uno de cuyos capiteles puede contemplarse en el Museo.
Estamos en la Plazuela de San Juan. En la casa número 2 encontramos la sinagoga cuyo edificio era propiedad de la mesa capitular al menos desde 1470. ¿Qué aspecto presenta la sinagoga? En las Actas Capitulares del Archivo de la Catedral de Coria encontramos una referencia específica sobre "las casas que solían ser synoga con su corral y oliveras y pozo". A las dependencias de la sinagoga se accede por una puerta principal que comunica con un patio interior descubierto (en el que crecen naranjos en 1661), en el cual hay un pozo tapiado en la actualidad. A espaldas de la vivienda se sitúa un corral de pequeñas dimensiones en el que crecen varios olivos.
Sobre las dimensiones, dependencias y uso del edificio sinagogal sabemos que a mediados del siglo XVIII se compone de "dos pisos con su corral, cavalleriza, pajar y bodega. Tiene de frentte diez y seis varas y de fondo veintte y quatro".
Al lado de la sinagoga se encuentra "el bañadero de los judíos" o baño ritual (en hebreo, micvé). El baño ritual hunde sus raíces en el cumplimiento de determinados preceptos bíblicos relacionados con la purificación ritual e higiene de la mujer y del hombre, la menstruación, el embarazo, las relaciones sexuales, el contacto con los cadáveres. Para purificarse es preceptivo realizar el ritual de inmersión en una pequeña piscina o micvé, que generalmente se encuentra al lado de la sinagoga o en una sala subterránea situada debajo de un corral o jardín de la casa.

En el patio interior de la sinagoga de Coria encontramos un pozo tapiado que posiblemente tenía la función de suministrar agua a la piscina ritual judía. Localizamos otros dos aljibes en el jardín de la vivienda colindante, lo que puede servirnos para trazar una línea demarcatoria que indice el curso de la corriente de las aguas hacia "el bañadero de los judíos". El micvé de la sinagoga de Coria está en una zona subterránea, hoy tapiada, a la que se accede desde el edificio sinagogal.
En 1847 Pascual Madoz hace una breve descripción del "bañadero judío" que refiere con estas palabras: "tiene [la sinagoga] una sala subterránea con una fuente de agua común bastante derruida y algunas otras casi arruinadas y se dice ser el edificio donde tenía la sinagoga sus reuniones".
Otro ilustre escritor que visita Coria en 1854 recoge sus impresiones en el libro Viage por España anotando: "consérvase en ella [la sinagoga] una sala subterránea con una fuente en el centro y algunas otras aunque muy destruidas. Aquí se reunían para ejercer su culto los israelitas caurienses, que ascendían el año de 1474 a doscientos treinta [individuos]".
Con la proclamación del edicto expulsorio en 1492 toman el camino del exilio portugués los judíos caurienses Mosé Çerfaty, Yuçé Leví, Gallego, Yudá de Alba y su mujer, éste último se convierte al cristianismo en 1497 con el nombre de Diego González de Alba.
La ciudad de Coria, mestizaje de culturas, no es ajena a la problemática de los criptojudíos (cristianos nuevos que practican en secreto la religión de Moisés). El cristiano nuevo Rodrigo Álvarez, de profesión sastre, es condenado por la Inquisición de Llerena posiblemente acusado del delito de judaísmo en una