A los trabajadores, siempre ahy que respetarlos. Pero no confundirlos con los pelotas, enchufados y vagos. A esos y a los que los enchufaron, lo que había que hacer era darle una pata en el culo. Porque son los que estropean todo, tanto el trabajo de los trabajadores buenos, como las empresas como el sistema público. Sólo valen que pata hacer la pelota.