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ALAGON DEL RIO: Y en cada corazón de cada ser viviente...

A lo lejos los cuervos se agrupaban,
sorprendidos tal vez
por la llegada indesperada de la lluvia.

La tarde oscureciendo, transformando.

El estruendo de un trueno
desató la furía de la tormenta;
la silueta de la noche se cobijaba
en la profundidad del valle.

Y en cada corazón de cada ser viviente
se acurrucaba la vida, el sosiego, la esperanza,
la ilusión de un nuevo día, que no fueran solo
palabras., sí palabras mojadas de arena de nada.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
El gris de la melancolía se mezclaba
con el negro profundo del lamento.