Dia internacional contra la violencia de genero
DESDE EL CORAZÓN DE TODAS LAS MUJERES…
Me gustaría estar contándoos otros menesteres pero desgraciadamente para todos y todas no es así. Y no podemos olvidar que en lo que llevamos de año han muerto sesenta y una mujeres a manos de sus parejas, maridos u otras relaciones sentimentales.
Empezamos hablando de violencia de género como un problema social a lo largo de la historia. Nuestras tradiciones y valores culturales han ido construyendo esta mezquina sociedad patriarcal en la que vivimos y que muchas personas todavía alimentan.
Esta jerarquía patriarcal, posicionando al hombre en la cúspide, nos ha hecho creer que nuestro DEBER como mujeres era limitarnos a la reproducción y a la sumisión por parte del hombre.
Las desigualdades tanto sociales como culturales SIEMPRE han estado a favor del hombre, que utiliza la violencia de género para corregir a la “desviada” o mujer que no acata su debido papel en este patriarcado. Si no hubiese existido la violencia de género esta sociedad no lo hubiese resistido. Pero el poder de la violencia ejerce sobre nosotras un miedo sumiso y un grave problema psicosocial.
Por ello debemos romper con este orden establecido, tanto a nivel social como personal; es una tarea de todos y todas.
A nivel social debemos luchar por políticas igualitarias y por una educación no sexista por parte de los poderes públicos.
Como educador@s creemos que la EDUCACIÓN es la base para que nuestros hijos e hijas no tengan que sufrir esta lacra social.
Y a nivel individual cambiar nuestra escala de valores e incorporar otros más justos e igualitarios, en los que no haya discriminación por cuestión de sexos.
El hombre tendrá una gran responsabilidad en este proceso, deberá cambiar valores y posicionarse firmemente de una manera crítica hacia actitudes machistas. Pero no dejemos todo el peso en el papel del varón para este cambio, porque si nosotras no luchamos que somos las verdaderamente afectadas, nadie lo hará por nosotras.
Y como hicieron grandes mujeres en la historia por conquistar una igualdad de derechos, nosotras lo seguiremos haciendo para que cesen las muertes de muchas mujeres en todo el mundo, para que nos dejen de tratar indiscriminadamente, por el simple hecho de nuestro sexo. Y para llegar a ser autónomas y libres, y así poder conseguir unas relaciones de igual a igual, basadas en la confianza y en el respeto mutuo, porque la igualdad empieza cuando reconocemos que todos y todas tenemos derecho a ser diferentes.
DESDE EL CORAZÓN DE TODAS LAS MUJERES…
Me gustaría estar contándoos otros menesteres pero desgraciadamente para todos y todas no es así. Y no podemos olvidar que en lo que llevamos de año han muerto sesenta y una mujeres a manos de sus parejas, maridos u otras relaciones sentimentales.
Empezamos hablando de violencia de género como un problema social a lo largo de la historia. Nuestras tradiciones y valores culturales han ido construyendo esta mezquina sociedad patriarcal en la que vivimos y que muchas personas todavía alimentan.
Esta jerarquía patriarcal, posicionando al hombre en la cúspide, nos ha hecho creer que nuestro DEBER como mujeres era limitarnos a la reproducción y a la sumisión por parte del hombre.
Las desigualdades tanto sociales como culturales SIEMPRE han estado a favor del hombre, que utiliza la violencia de género para corregir a la “desviada” o mujer que no acata su debido papel en este patriarcado. Si no hubiese existido la violencia de género esta sociedad no lo hubiese resistido. Pero el poder de la violencia ejerce sobre nosotras un miedo sumiso y un grave problema psicosocial.
Por ello debemos romper con este orden establecido, tanto a nivel social como personal; es una tarea de todos y todas.
A nivel social debemos luchar por políticas igualitarias y por una educación no sexista por parte de los poderes públicos.
Como educador@s creemos que la EDUCACIÓN es la base para que nuestros hijos e hijas no tengan que sufrir esta lacra social.
Y a nivel individual cambiar nuestra escala de valores e incorporar otros más justos e igualitarios, en los que no haya discriminación por cuestión de sexos.
El hombre tendrá una gran responsabilidad en este proceso, deberá cambiar valores y posicionarse firmemente de una manera crítica hacia actitudes machistas. Pero no dejemos todo el peso en el papel del varón para este cambio, porque si nosotras no luchamos que somos las verdaderamente afectadas, nadie lo hará por nosotras.
Y como hicieron grandes mujeres en la historia por conquistar una igualdad de derechos, nosotras lo seguiremos haciendo para que cesen las muertes de muchas mujeres en todo el mundo, para que nos dejen de tratar indiscriminadamente, por el simple hecho de nuestro sexo. Y para llegar a ser autónomas y libres, y así poder conseguir unas relaciones de igual a igual, basadas en la confianza y en el respeto mutuo, porque la igualdad empieza cuando reconocemos que todos y todas tenemos derecho a ser diferentes.