Como dice el refrán, para gustos los
colores, y así es, cada uno tiene un gusto que hay que respetar.
A mi padre no le gustaba el
agua, a mi tampoco y resulta que a mi hija Patricia tampoco, será cosa de genes. Casi que solo bebo agua cuando como fuera de
casa, se conoce que yo guiso con poca sal y si como fuera, siempre está mas sabroso y me da sed, entonces si bebo agua.