Mi pluma está ausente de lejanas vanidades, de trozos metidos en sacos rotos y descosidos alborotos, de cantos de sirena, mi pluma como la del duende bebe a diario de su
fuente y escribe a contra corriente.
Hay mentes resquebrajadas en la lucha por la incomprensión, timbales que tocan a furores literarios y nosotros soportando éste sofocante calor que despide el
verano.
Tú cómo yo, o yo cómo tú, padeciendo sin remordimiento ambos las notas de viejos seudónimos marcados por daños colaterales que
... (ver texto completo)