"El Alcazar, lo que era" (primeros años s. XX), ZAFRA

Como consecuencia de que la residencia solariega de la familia, lo que es hoy el Hospital de Santiago, no satisfacía las necesidades de sus moradores, la familia Suárez de Figueroa, en el año 1437, Don Lorenzo II mandó construir el Alcázar, al parecer en los restos de una ruinas de un alcázar árabe (no verificado), finalizando esta obra en el año 1443, según texto de la lápida que cubre el acceso a la torre del homenaje; torre en la que se conserva un zócalo de pintura mural de motivos figurativos geométricos y heráldicos, testimonio de lo que debía decorar el Alcázar. Su bello escudo de armas se encuentra en la portada principal del Alcázar, sobre un espacio rectangular en el que se alojan las cinco hojas de higuera de las armas de los Figueroa, y el león rampante y el ala armada del blasón de su esposa doña María Manuel.
Es un impresionante edificio almenado, de planta cuadrangular con una hermosa torre llamada del homenaje, de 29 m. de altura y 12 de diámetro, y ocho torreones, teniendo los cuatro frontales 24 m. de altura.
En 1600, siendo Duque de Feria Lorenzo IV Suárez de Figueroa y Córdoba, fue ampliamente remodelado, destacando entre otras dependencias su amplio y acogedor patio de mármol en estilo renacentista atribuido al Maestro Mayor de obras Francisco de Montiel. La capilla (una joya) con cúpula gótica-mudéjar, atractivo artesonado de la llamada Sala Dorada y el techo mudéjar del actual bar situado en el piso inferior.
Con el tiempo, el Alcázar ha sufrido diversas modificaciones y añadidos, por ejemplo los dos cuerpos de coronamiento existentes en ambos lados de su puerta principal, o la construcción en ladrillos que se levanta en el siglo XVII, para ser utilizado como cuartel, uniendo el palacio con el convento de Santa Catalina,
La ciudad la circundaba una muralla con 8 puertas, siendo la principal la “Puerta de Sevilla”, que comunicaba con la calle del mismo nombre y el Campo de Sevilla, lugar de celebración de mercados ganaderos, donde afluían el mayor número de caminos; esta puerta desaparecería como otras en el año 1890. De dicha calle se accedía a la “Puerta del Acebuche” y de esta a la antigua plaza de armas situada a los pies de la fachada principal del Alcázar. También se accedía a esta plaza de armas por la “puerta de carros”. Por tanto el edificio propiamente dicho presenta hacia el exterior un carácter hermético y como consecuencia defensivo.
La situación del Alcázar próxima a la muralla, garantizaba su seguridad.
El Alcázar de Zafra se concibe más como residencia que como militar y defensivo, e indudablemente es una de las más importantes construcciones de su naturaleza en la provincia pacense.
Aunque ha llovido mucho desde su construcción, habiendo sufrido lógicas modificaciones a través de los años, la edificación del Alcázar reúne unas serie de técnicas y circunstancias muy interesantes y que se pueden apreciar en la actualidad (pinturas en la torre del homenaje, capilla, artesonados, patio de mármol, etc), además de la apreciación directa de tan magnifica edificación (almenas, torreones, etc), que parecen transportar al que las observa a aquellos siglos ya tan lejanos, y lo sumergen en las profundidades de su historia y del tiempo.
Lo último de importancia en su historia, se produjo durante el año 1965 en que el Alcázar sufrió restauración convirtiéndose en lo que actualmente es el Parador Nacional de Turismo, que seguro será uno de los más bonitos y acogedores.
Para ver tan impresionante obra, ya sabes vista la ciudad de Zafra y comprobarás por ti mismo la riqueza histórica, de arte y señorío con que cuenta (seguro que no te arrepentirás de haberlo hecho).
El bloque del "Alcázar" lo componen un total de 43 fotografías.
Cosecha y notas históricas extraídas de “Cuadernos Populares” de Editorial Regional Extremeña y Guías Turísticas Locales de la Junta de Extremadura.