A caballo de presente, no se le repara el diente.
Acabar a farolazos como el Rosario de la Aurora.
A cada cual dé Dios el frío como ande vestido.
A cada ollaza su coberteraza.
A cada Santo, le llega su hora.
A cántaro roto, otro al puesto.
A casa del cura, ni por lumbre vas segura.
A cavador perucho, si le dieres algo, que no sea mucho.
Acelgas benditas, de día tronchos y a la noche hojitas.
A chica cama, echarse en medio.
Acójome a Dios que vale más que vos.
A cualquiera se le muere un tío.
Acuérdate, nuera, de que también serás suegra.
A Dios, nada se le oculta.