Estoy de acuerdo con Pirri en muchas cosas, pero cierto es que los Horoguachos hemos bajado la intensidad, y por qué no decirlo, la diversión. No es que no lo pasemos bien, porque bien sí lo pasamos, estamos entre
amigos como siempre, pero no damos el do de pecho como antes. Yo añoro aquellos botellones en la
puerta de Banesto, añoro aquellos
bautizos en el Aprisko, que son como
tradiciones que vamos dejando pasar y tendríamos que retomar. Echo de menos el bajar todos juntos a la
plaza dando ruido
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